«Vivimos con el miedo a no poder abrir al día siguiente»

L.M.
-

Las pescaderías burgalesas llevan toda la semana sin apenas recibir género de las lonjas por culpa del parón de los camiones. De algunos productos ya casi no hay existencias

Los mostradores de las pescaderías lucen esta semana una imagen poco habitual, con mucho menos género. - Foto: Luis López Araico

El primer comentario que uno suele escuchar cuando llega a una pescadería es el clásico ¿quién es último? Sin embargo, desde hace unos días la inmensa mayoría de clientes repara antes en lo desangelado de los mostradores que en pedir su turno en la cola.

Las pescaderías acumulan una semana con graves problemas de suministro, fruto de una huelga del transporte que está poniendo en jaque la apertura de la práctica totalidad de negocios de Burgos. "Somos un sector que vive el día a día. Hoy pedimos para recibir mañana, por lo que me puedo levantar y no tener nada de género disponible. Tenemos el miedo a no poder abrir", aseguraban ayer numerosos profesionales del sector. A diferencia de la carne -con proveedores mucho más cercanos- y de la fruta -que se conserva mucho más tiempo- el pescado es un alimento más frágil que requiere casi una renovación diaria.

En lo que deberían ser unos mostradores repletos de merluzas, rodaballos, truchas, jureles, salmones, doradas, mejillones o anchoas, ayer abundaba más el hielo y las cajas vacías. "No recibimos nada de género desde el lunes. El pescado llega a puerto pero de allí no puede salir porque no hay camiones que lo transporten", admitieron ayer desde Pescaderías Primi, en el Mercado Sur. Este negocio suele recibir productos procedentes de lonjas de Galicia, pero los envíos se han suprimido.

Las naves frigoríficas de las tiendas apenas tienen género.Las naves frigoríficas de las tiendas apenas tienen género. - Foto: Luis López Araico

Esta situación, inédita para muchos de los pescaderos, no lo es tanto para uno de los integrantes de Primi. Recuerda que hace muchos años, coincidiendo con otro parón de los camioneros, llegó a abrir única y exclusivamente con una caja de truchas. "La gente no se está llevando grandes cantidades por miedo al desabastecimiento, pero sí que le sorprende que no haya género. No se han enterado de la huelga", lamentó. En un puesto cercano, el de Merche, la situación era muy similar. Aunque ella sí que ha logrado recibir una cantidad mínima a diario, procedente en este caso de la zona de San Sebastián y el sur de Francia, la escasez le ha obligado a reducir su mostrador a la mitad. Por de pronto hay ya algunas especies que son todo un lujo encontrar. Especialmente complicado es adquirir pescados menudos como anchoas.
En la reserva. El mínimo suministro ya provoca que las cámaras frigoríficas estén menguando las reservas que tienen almacenadas. En El Puerto de Charo, en la calle Barrio Gimeno, fueron previsores y decidieron comprar el lunes más género del que suelen pedir normalmente. "Pensamos que podría llegar un momento de desabastecimiento y nos arriesgamos", comentaron ayer uno de sus empleados.

Sin embargo, desde entonces apenas han logrado recibir alguna que otra caja, siempre a un ritmo inferior al que han ido despachando las unidades en el mostrador. Prueba de ello es el interior de su gran nevera refrigerada, casi vacía y donde ayer apenas se vislumbran peces. "Hemos avisado a clientes que solo vienen los viernes y los sábados para que se pasen antes si quieren llevarse algo. No sabemos hasta cuándo aguantaremos", aseguraron.