El servicio de transporte público de Aranda de Duero remonta el vuelo. Después de varios meses marcados por las quejas de los usuarios debido a las constantes averías que sufrían los antiguos autobuses urbanos, el estreno de dos vehículos a comienzos de este año ha servido para recuperar pasajeros. Enero y febrero se han cerrado con balance positivo. Durante el primer mes con autobuses nuevos hubo un total de 7.674 viajeros, frente a los 6.413 del mismo mes en 2022. A ellos se suman otros 8.415 usuarios a lo largo de febrero, 823 más que en el mismo periodo del año pasado, cuando utilizaron este servicio 7.592 arandinos y ribereños en su día a día.
Los datos relativos a los dos primeros meses del año reflejan un aumento del 15% en comparación con 2022, tras pasar de 14.005 pasajeros a 16.089. Desde la empresa concesionaria, la UTE formada por Dávila y Clemente, valoran positivamente este repunte de 2.084 viajeros en el arranque del año y confían en que la renovación de la flota, así como de las máquinas de monética o el hecho de que los autobuses tengan un buen sistema de calefacción sirvan para recobrar la confianza de los usuarios e ir aumentando los abonos mes a mes.
Por su parte, varios viajeros habituales constatan que el servicio de transporte urbano en la capital ribereña ha mejorado «bastante». Una de ellas,Azucena, cuenta que utiliza el autobús a diario y detalla que, aunque a la salida de los institutos y colegios los vehículos se siguen llenando, ahora «no vamos tan asfixiados porque son más grandes. Hay mucha gente que tiene que ir de pie, pero no tan ahogados como antes. Nada que ver».
Esta usuaria destaca por encima de cualquier factor el hecho de que, gracias a los nuevos autobuses, tanto usuarios como conductores circulan con más seguridad. «Los vehículos no pierden tanta estabilidad», apunta. Algo en lo que coincide otra mujer, que no duda en calificar los anteriores vehículos como «tartanas, además de viejas, muy contaminantes».
Mientras, Ricardo, que también utiliza el autobús urbano de manera habitual, advierte que debido a la gran cantidad de obras que se están acometiendo en diversos puntos de Aranda, los autobuses «a veces no llegan con tanta puntualidad». A la remodelación de la avenida Castilla y de la glorieta Rosales, todavía en marcha, se suma la campaña asfáltica por toda la ciudad. Desde hace semanas, numerosas calles están 'levantadas' a la espera de que la adjudicataria proceda a aplicar la nueva capa de asfalto. «En el polígono, por ejemplo, si ha habido cortes de tráfico, los autobuses no han podido entrar en alguna parada», relata este viajero. No obstante, considera que este tipo de incidencias, así como los atascos que se forman en determinadas horas del día «son cosas que pasan y hay que asumir».
Tarifas en estudio. El equipo de gobierno del Ayuntamiento arandino sigue trabajando para aplicar varios descuentos en las tarifas, de manera que jubilados y personas con discapacidad sólo tengan que desembolsar un euro. En el caso de los estudiantes, se baraja un precio de tres euros y de 10 para familias numerosas. Este asunto aún debe pasar por el pleno y contar con una mayoría a favor.