Una de las situaciones más complicadas del último siglo, la del confinamiento provocado por la pandemia de la covid-19, tuvo, lógicamente, una gran repercusión entre los niños, fundamentalmente porque de un día para otro se quedaron sin colegio, una de sus principales fuentes de socialización. También era lógico que plantearan muchas preguntas y, quizás, que demandaran atenciones que en una situación normal no se hubieran presentado. Por eso, el psicólogo infantil Xosé Ramón Soto abrió sobre la marcha un consultorio en la red social Facebook para que todas aquellas familias que tuvieran dudas le consultaran. Una atención similar prestó a través de estas mismas páginas, "algo por lo que estoy muy agradecido al periódico".

Así, a través de varios artículos, abordó todas las dificultades con las que podrían encontrarse las familias y aportó soluciones. Aconsejaba informar de la situación a los niños de forma sencilla y ajustada a cada edad, tranquilizarles con palabras que pudieran entender, realizar actividades o animarles a que hablaran un rato cada día con amigos o con los abuelos.

Advirtió, además, sobre el diferente rendimiento escolar que podría tener al estar en una situación de ‘telecolegio’ y animó a las familias a pedir ayuda: "Si las cosas se descontrolan, pedidnos ayuda a través de vuestro centro de salud", escribió. Todo ello para que no estuvieran solas y recordar las palabras del jefe de Psiquiatría, Jesús de la Gándara: "No nos verán pero estaremos con ellos".