La crisis sanitaria ha tocado de lleno a las agencias de viajes, que llevan desde antes del estado de alarma gestionando cancelaciones y devoluciones de reservas. La mayoría mantiene sus puertas cerradas, aunque ya comienzan a abrir tímidamente en la capital o se plantean hacerlo en próximas fechas, a pesar de que pueden levantar la persiana desde la fase 1 del proceso de desescalada. Finales de junio o principios de julio son las fechas que maneja la patronal provincial del sector (Abeav) para «estar en funcionamiento» en la mayoría de los casos, si bien se queja de que las administraciones les hayan «dejado de lado» a la hora de planificar un plan de reactivación para esta actividad sin tener en cuenta, además, que durante este tiempo han ayudado a los clientes que se encontraban fuera a regresar su país.

Las reclamaciones son compartidas con otros representantes de estos negocios. De hecho, cuando comenzó la pandemia los trabajadores crearon a nivel nacional la Plataforma Derechos Agencias de Viajes (PDVA), convertida ahora en asociación «para defender nuestros derechos ante los organismos públicos» y que ayer se concentró ante la Subdelegación del Gobierno de Burgos, al contar con representación de agencias locales, para expresar sus reivindicaciones, según  explica Ana Marta Monje, miembro de la entidad de la que forman parte 25 firmas de la región.

«Queremos que las administraciones escuchen al sector porque nuestra situación pende de un hilo», subraya, al tiempo que remarca la falta de ingresos durante todo este tiempo. Por ello, entre las medidas que reclama se encuentra la de ampliar los ceses de actividad para los autónomos (muchos en el sector) hasta el mes de diciembre, así como dar continuidad a los ERTE hasta que el movimiento «sea el mismo que el que había antes de la declaración del estado de alarma». 

Roberto Ballesteros levantó la persiana el lunes de Receto Viajes, en la Plaza Mayor. - Foto: Alberto Rodrigo

No se queda ahí en sus demandas. Exige a las administraciones públicas, tanto la nacional como la regional, «garantías» para dar una «seguridad jurídica» a sus clientes a la hora de realizar una reserva. En este punto, Monje se detiene en aspectos como una normativa clara de la política de cancelaciones, incluyendo a las compañías áreas; saber «exactamente» cuándo se va a reanudar la movilidad interprovincial; de qué manera se va a gestionar la seguridad en hoteles o aerolíneas, y «clarificar» los bonos que ofrecen las aerolíneas tras la cancelación de un vuelo para asegurarse de que los consumidores lo van a poder disfrutar dentro de un tiempo o su reembolso sin que esto vaya en perjuicio de las agencias.

Pautas para funcionar. La Asociación de Empresarios  de Agencias de Viajes de Burgos (Abeav) comparte las reivindicaciones de esta plataforma, aunque no forme parte de ella, porque «todos estamos en el mismo barco», tal y como subrayan fuentes de la entidad.  «No sabemos si van a abrir todos los hoteles, salvo las grandes cadenas, ni tenemos garantías de que no se cancele un vuelo, ni pautas de funcionamiento como sí que ocurre en la hostelería», remarcan a la hora de justificar que la mayoría de estos negocios continúen con las persianas bajadas.

La reactivación generalizada se prevé para finales de mes o principios de julio y en algunos casos se baraja la posibilidad de una reducción de horarios de atención al público. No obstante, precisan que «cada empresario decidirá lo que es más conveniente para su negocio», ya que hay que tener en cuenta que los autónomos o pequeñas empresas ‘conviven’ con las grandes firmas nacionales. Este martes tenían constancia de la apertura de solo una agencia en la capital.

Abeav también se queja de la «falta de valoración» del papel de este sector por parte de las administraciones públicas, teniendo en cuenta que, a pesar de su parón de actividad, han seguido atendido a clientes con reservas, «ayudado» a regresar a aquellos a los que la pandemia les pilló fuera de su lugar de residencia y «devuelto el dinero del trabajo realizado desde octubre». 

«La situación se está volviendo insostenible», remarca Monje, haciendo referencia a que las cancelaciones de reservas siguen predominando ante una «venta mínima» de producto nuevo. En este sentido, afirma que la demanda se está centrando en apartahoteles o casas rurales, «de los que no tenemos proveedores», por lo que considera que «si abrimos y sacamos a empleados del ERTE para este tipo de oferta, no salen las cuentas».

La patronal sostiene que la media de llamadas es de una al día, principalmente de reclamaciones, aunque añade que las mayoristas mantienen sus productos para septiembre u octubre. «No hay todavía planificación vacacional. Todo el mundo necesita salir pero depende de su situación económica», señala, al tiempo que valora que la llegada de turistas extranjeros en julio ha sido una medida de «alivio» para la hostelería pero «no para nosotros que somos empresas emisoras y no sabemos las restricciones que se impondrán fuera».