Los planes del Consejo de Administración del Burgos CF van más allá del primer equipo. La escuadra de Segunda División es el pilar sobre el que los dirigentes quieren dar forma a un proyecto conjunto en el que el fútbol burgalés será el protagonista.

El filial sigue siendo una pieza importante dentro del puzle burgalesista, aunque la intención de cara a la próxima campaña es que sea un equipo más joven, en el que tengan cabida jugadores Sub-23 de calidad que puedan ayudar al primer equipo en caso de necesidad. Todo lo ocurrido en el verano paso hizo que no se pudiera planificar de forma pausada la composición del segundo equipo y es que había aspectos más urgentes por solucionar. Después de la victoria que consiguió en Pamplona ante el San Juan, el conjunto que entrena Carlos Aguilera acaricia la permanencia y mantenerse en la Segunda RFEF es otra de las buenas noticias de esta campaña.

En las últimas semanas, el club blanquinegro también ha cerrado la fusión con el Nuestra Señora de Belén. A partir de la próxima campaña el equipo femenino se llamará Burgos CF y pertenecerá a la estructura blanquinegra. Era algo que ya estaba pactado en el convenio de filialidad que firmaron ambas entidades hace tres temporadas. Así las cosas, el combinado de la Primera Nacional Femenina que el domingo concluyó la liga regular pasará a ser un equipo más del Burgos CF.

La guinda para esta campaña sería que el conjunto de División de Honor juvenil lograra la salvación en estas últimas jornadas. «Entendemos que se trata de un equipo importante para la estructura», señala Nacho San Millán. Si la escuadra de Javi Sastre alcanza su meta, el plan de los mandatarios es el de tratar de que en el equipo haya el mayor número de jugadores de Burgos, aunque también son conscientes de que necesitarán de la ayuda de futbolistas de fuera para completar el equipo.