El Área de Seguridad Pública y Emergencias del Ayuntamiento lleva también tiempo valorando la posibilidad de incrementar el control sobre dos zonas de Burgos con gran afluencia de personas. Una de ellas es la de El Plantío. Con un equipo de fútbol en Segunda División y con uno de baloncesto en la ACB, el movimiento de vehículos y de personas en ese entorno ha aumentado en proporciones muy elevadas, lo que obliga a estar más vigilantes, «tanto por las imprudencias que se cometen al volante o los aparcamientos incorrectos como por los posibles hechos delictivos que puedan darse, en forma de peleas o incluso de robos». 

En el entorno del Museo de la  Evolución Humana (MEH) y el Fórum son cada vez más frecuentes las reuniones de gente joven, en ocasiones con el botellón como gran protagonista. Todos sus alrededores son peatonales, aunque está permitido el tránsito restringido de vehículos, que abundan cuando hay programada alguna actividad de carácter comercial u hostelero. Sin ir más lejos, un turismo atropelló a un niño la semana pasada en la calle Emiliano Aguirre, la peatonal que conecta el Paseo de Atapuerca con Burgense. Una cámara en ese entorno hubiera contribuido a aclarar qué sucedió exactamente, si bien el pequeño no sufrió heridas graves.

En todo caso el Ayuntamiento no tiene intención de solicitar cámaras como las 16 que controlan las zonas de ocio de la capital, pues ello requeriría un trámite más farragoso, pues habría que pasar por la Comisión de Garantías de Videovigilancia, que preside José Luis Concepción, máxima autoridad del TSJ de Castilla y León.

La mayoría de infracciones o ilícitos penales que pueden producirse en estos entornos «tienen que ver con el tráfico», pero las imágenes que capten las cámaras también podrían se solicitadas, con autorización judicial, para esclarecer otro tipo de hechos, relacionados con agresiones, robos o incluso desapariciones de personas. No hay que olvidar que en más de una ocasión estos dispositivos han permitido a la Policía dar con el paradero de algún vecino de Burgos que se había extraviado.

Fue en el año 2015 cuando la Policía Local decidió incrementar a 7 días el periodo de almacenaje de las grabaciones que hacen las cámaras de tráfico. Hasta ese momento eran borradas a las 24 horas, de manera que no podía contarse con esas imágenes para esclarecer accidentes o atropellos si se pedían un día después de ser tomadas.