La provincia de Burgos tiene la segunda menor tasa de mortalidad por cáncer de piel no melanoma (carcinoma de células no escamosas) de toda España y está bastante por debajo de la media en melanoma. Así lo refleja un estudio realizado por dermatólogos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, que es el primero que ha analizado la mortalidad de estas patologías por provincias y su relación con factores sociales y ambientales, en una investigación que acaba de publicar la revista científica International Journal of Dermatology. El melanoma es un cáncer que se produce cuando las células que dan color a la piel se transforman en malignas y está directamente relacionado con la exposición al sol; el carcinoma de células no escamosas de la piel, también llamado no melanoma, se produce en las células que componen las capas media y externa de la piel y puede producirse también en otros órganos.

Según los datos obtenidos en este trabajo, cuyo título es Mortalidad por cáncer de piel en España: tasas de mortalidad ajustadas por provincia y factores de riesgo relacionado, Burgos ocupa el lugar 15 en el conjunto de las 50 provincias y las dos ciudades autónomas, con una tasa de 1,87 fallecimientos por melanoma por 100.000 habitantes, en función de los datos obtenidos por los investigadores, que han analizado el periodo comprendido entre los años 2000 y 2019. Dentro de Castilla y León se sitúa en quinta posición detrás de Ávila (que tiene la menor tasa de mortalidad de toda España), Soria, Salamanca y Palencia. Con respecto al cáncer de piel no melanoma, Burgos es, después de Barcelona, la provincia con menor tasa de mortalidad, un 0,97 por 100.000 habitantes.

El objetivo de este análisis ha sido conocer la relación entre los determinantes sociales y ambientales y la mortalidad por estos cánceres de piel. Se analizaron para ello los datos relativos a las muertes por melanomas y no melanomas y otras variables como el consumo de tabaco, la renta, el número de camas hospitalarias, el porcentaje de trabajadores empleados en el sector agropecuario y variables geográficas y meteorológicas como la altitud, la longitud y la latitud, la irradiación e insolación medias anuales y las temperaturas media, máxima y mínima anual. 

La investigación ha encontrado una mayor mortalidad en las provincias orientales, un fenómeno que podría deberse a múltiples factores, «como una mayor cultura playera y, por tanto, una mayor exposición solar intermitente que predispone al desarrollo del melanoma, así como un mayor número de extranjeros con un fototipo de piel más bajo».

Mortalidad por cáncer de piel en España: tasas de mortalidad ajustadas por provincia y factores de riesgo relacionado es un estudio ecológico, denominación que se da en epidemiología a aquel que compara grupos de personas en vez de individuos por separado, una práctica que se utiliza con una cierta frecuencia para analizar asuntos vinculados con la salud. Así, la investigación ha concluido que en España existe mayor mortalidad en las provincias con más ingresos, algo que podría estar vinculado al hecho de que a mayor renta es más habitual que se realicen, por ejemplo, más actividades con mucha exposición al sol como largas vacaciones o deportes y ocio como la navegación o el esquí.

En cuanto al carcinoma de células escamosas, que está muy vinculado a una exposición al sol de forma crónica, la relación entre renta y mortalidad es considerada por los investigadores como inversamente proporcional, es decir, que a menor renta, más mortalidad, hecho que han encontrado en provincias con una economía en la que la agricultura y la ganadería tienen muchos peso, y sus habitantes, por ello, tienen mucha más exposición crónica al sol por razones de trabajo.