5º Se recortan los pelos que sobresalen en los bordes, pero el resto se mantiene. Será fundamental para que agarre la pez.   / VALDIVIELSO
5º Se recortan los pelos que sobresalen en los bordes, pero el resto se mantiene. Será fundamental para que agarre la pez.   / VALDIVIELSO
1º El molde de la bota se coloca sobre la piel de cabra, que curten ellos en Covarrubias, marcan la forma y la cortan.

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2º Se corta el pelo que queda en la zona de la boca para que a la hora de coser el brocal no moleste.

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3º Se mete en agua caliente para estirarla y poderla coser. «Meter la aguja en la piel en seco es imposible».

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4Se estira para que las dos partes queden iguales y el conjunto bien redondeado. ¡Lo hacen con un utensilio de serigrafía!

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5º Se recortan los pelos que sobresalen en los bordes, pero el resto se mantiene. Será fundamental para que agarre la pez.

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6º Se cose y se frunce para que quede la forma redondeada de la bota que todo el mundo conoce.

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7º En otra máquina, se cose una trenza de algodón, fundamental, para que aguante la presión del vino.

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8º La vuelta, para que el pelo quede por dentro, se da con un palo de escoba. Si no se completa, se tira de un gancho en la pared.

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9º Tras sobarla en un bombo, se llena de pez -se vierte a 140 grados- y se reparte por el interior para impermeabilizarla.

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10º Se pone la boquilla en el hueco y se ata. ¿Dónde se ovilla el hilo? ¡En un hueso de cordero! Tecnología del abuelo.

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11º Se lava en agua caliente, se deja un poco de agua para probar la costura y se cuelga en el patio para que ahueque.

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12Se lija, se pone el cordón pequeño y el grande (bandolera) y se estampa el sello: Los tres D. D. D. Desde 1870.

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