Sinopsis oficial
Con mil trescientos millones de habitantes, y a punto de convertirse en la primera potencia económica mundial, China ha traspasado el tópico de país exótico de cultura milenaria, donde se come arroz con palillos y las erres se pronuncian eles, para convertirse en un país moderno y pujante, una nueva tierra de oportunidades en la que todo es posible.
Por eso miles de jóvenes, hijos de una vieja Europa cada vez más vieja, cargan sus ambiciones en sus maletas y cruzan nueve mil kilómetros de distancia dispuestos, como los pioneros, a conquistar el Lejano Este. Pero no es nada fácil triunfar en una tierra que tiene un idioma, una cultura y unas costumbres que están a un mundo de distancia. Y no sólo geográficamente.
La crítica -
Por J.M.S.
Tras el éxito de taquilla, hace cuatro años, de Perdiendo el Norte llega su secuela que traslada a un españolito, de la generación de súper cualificados, a pasar penalidades, en esta ocasión a China. Pero, el gigante asiático lejos de ser la tierra de las oportunidades pone muchas trabas a los ciudadanos como Braulio, nuestro protagonista, por no dominar ni el idioma, ni la cultura, ni las costumbres.
Ha cambiado de director, ahora es Paco Caballero y el protagonista es Julián López, pero sigue la estela de la película original, donde los tópicos sirven para intentar conseguir la empatía del espectador.
Comedia popular, de humor de chiste fácil, pudiera haber sido blanca si no se introdujera en el desarrollo un par de escenas sexuales de tono soez.
Así, lo mejor rodado de la película son las escenas que transcurren en Pamplona, ambientadas en los San Fermines, donde en el encierro figuran de extras algunos corredores habituales. Y tiene mucha gracia la parte musical, que depara alguna sorpresa, por la admiración que siente el protagonista por el cantante Sergio Dalma.