De Burgos a la NASA, en un cohete de agua

Paula G. Macías / Burgos
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Cristian Naznean, alumno del colegio Jesús María, ganador del III Concurso de Cohetes de Agua, en la categoría Satélites, organizado por la NASA

El profesor de Física Miguel Ángel Queiruga posa con el cohete que ha hecho ganador a Cristian Naznean. - Foto: Luis López Araico

 
Un día cualquiera, el profesor Miguel Ángel Queiruga, del colegio Jesús María de Burgos, dejó una tarea a sus alumnos de 4º de la ESO. Era sencilla, se basaba en investigar cómo podrían ellos construir un cohete.
Fue así como Cristian Naznean se convirtió en el ganador del III Concurso de Cohetes de Agua  en la categoría Satélites que organiza el Centro de Entrenamiento y Visitantes de la NASA. 
El funcionamiento es sencillo, sólo hace falta una botella de refresco y un tapón perforado con una válvula de neumático de bicicleta. La botella se llena en sus dos primeros tercios de agua para después meter con un bombín aire comprimido. La física y el principio de acción y reacción se encargan del resto. El aire, al comprimirse y quedar reducido a un espacio tan pequeño, aumenta la presión del recipiente. Cuando éste es liberado, empuja el agua y hace que el cohete ascienda. Las alas, de forma estética, sirven para dirigir.
(Una advertencia, el profesor desaconseja intentar esta técnica en casa puesto que el aterrizaje ha quedado como una asignatura pendiente).
Con el proyecto en marcha, solo quedaba realizar un vídeo para explicar su construcción y ponerle un nombre propio. ‘Mars Life’ fue el elegido.
La primera selección del concurso se llevó a cabo a través de la página oficial de Facebook, donde la audiencia, a través de los ‘me gusta’ en los vídeos, eligió un total de siete proyectos de cada categoría. Una vez seleccionado, el cohete viajó hasta el Centro de Visitantes de la NASA y allí, expuesto en una vitrina, fue de nuevo el más votado por el público asistente.
Tras varios meses de trabajo, Miguel Ángel Queiruga reconoce que «lo mejor de esta experiencia ha sido ver la capacidad para que los alumnos se motiven».
 
NUEVAS INICIATIVAS. Este concurso que le ha llevado a implicarse en nuevos proyectos. Se enfrasca ahora en una publicación, Divulgación: Innovación en la enseñanza de las ciencias. Su objetivo es centrarse en la importancia que tienen este tipo de proyectos a la hora de despertar a los alumnos. «Que desde todos los ámbitos educativos relacionados con las ciencias y el público juvenil, así como desde el punto de vista de estudiantes que antes fueron alumnos, cuenten las experiencias, las vivencias y lo que éstas les han aportado», afirma Queiruga.
 Pero esto no acaba aquí. El libro ¡¡¡1,2,3,4... Higgs!!!, El Bosón de Higgs para todos, que explica de manera comprensible en qué consiste la partícula que otorga la masa a las demás, ha obtenido en esta edición de Ciencia en Acción, el Premio exaequo de Materiales Didácticos de Ciencias en Soporte No Interactivo. «Por tratarse de una propuesta muy atractiva y simpática, tratando de explicar conceptos actuales, no simples, de la Física con un lenguaje no técnico». Un proyecto que ya obtuvo en la pasada edición del concurso una mención de honor en su Soporte Interactivo.
Además, en octubre, Queiruga viajará al CosmoCaixa de Barcelona con un grupo de alumnos. Como finalistas de la XV edición de Ciencia en Acción en la modalidad «Investiga en Astronomía», deberán defender su proyecto Mars: Weathers and Life. Una investigación en la que, a través de los datos proporcionados por la estación meteorológica de la Universidad de Burgos y de su propia estación, ofrecen información sobre las condiciones climatológicas en Marte. Si ganan, los alumnos podrán realizar una visita a las instalaciones del CSIC.