El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, aseguró este jueves que está "tranquilo", porque el 'caso Negreira' "acabará en una sentencia absolutoria" para la entidad azulgrana y que su aparición en la causa como investigado no tendrá recorrido.
En una entrevista a 'El matí de Catalunya Ràdio', Laporta admitió que ya se esperaba acabar apareciendo como investigado por el juez Joaquín Aguirre, pero que su imputación por un delito continuado de cohecho no prosperará.
"Conociendo el histórico del juez del 'caso Negreira', estábamos advertidos por nuestra defensa de que era muy posible que yo también acabara investigado, pero no hay fundamentos para la imputación, porque no hay delito de soborno ni delito continuado. Y es una opinión mayoritaria dentro de la abogacía de que esto no puede prosperar", afirmó.
En un auto, al que ha tenido acceso EFE, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona ha acordado investigar a Laporta en los pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira, que se suman así los otros dos expresidentes del club imputados, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.
El magistrado discrepa así del criterio de la Fiscalía Anticorrupción, que entiende que la responsabilidad de Laporta en los pagos, que se produjeron entre 2001 y 2018, había prescrito.
En este sentido, el presidente del Barça recordó que la fiscalía "califica los hechos de corrupción deportiva y administración desleal, pero en ningún caso cohecho" y reiteró su extrañeza porque un juez instructor, "que lo que tiene que hacer es investigar", califique los hechos, "que es lo que corresponde a la parte acusadora".
En cualquier caso, Joan Laporta insistió en que en el club reina la serenidad, "porque no lo han probado y no lo podrán probar, porque no es cierto" que los 7,3 millones que facturó Enríquez Negreira fueran por la compra de árbitros en lugar de por la elaboración de informes técnicos arbitrales y de seguimiento de jugadores.
Y atribuyó estas acusaciones a "una campaña orquestada para desestabilizar al Barça, aprovechando el 'caso Negreira' por parte de un madridismo sociológico que tiene mucha fuerza en los centros de poder de la capital".
"Ya hemos competido con ese madridismo sociológico y además lo hemos ganado. Resulta que ahora está el mismo presidente que lo fue del mejor Barça de la historia, y ahora tienen miedo de que aquella etapa gloriosa que sufrieron mucho se vuelva a repetir, porque cada vez vamos mejor", argumentó.
Para ilustrar su tesis, Laporta puso de ejemplo la elección del estadio que albergará la final del Mundial de 2030, que se celebrará en España, Portugal y Marruecos.
"Pedimos ser sede hace meses y seguro que el Spotify Camp Nou lo será de una semifinal. Pero aunque nuestro estadio es el que tendrá mayor aforo, 105.000 aficionados, es lo que hemos hablado antes del madridismo sociológico: los centros de poder de la capital son muy madridistas y seguramente la final se juegue en el Bernabéu", sentenció.