La Diócesis cede suelo en Capiscol y Villatoro

C.M. / Burgos
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En ambos casos se trata de demandas de los vecinos que se arrastran desde hace años

La idea es quitar el vallado y abrir este espacio para el uso y disfrute de Capiscol. - Foto: Valdivielso

Total sintonía entre los representantes de la Diócesis y del Ayuntamiento para mejorar los entornos de las iglesias situadas en los barrios de Capiscol y Villatoro. La última reunión que mantuvieron el vicario general, Carlos Izquierdo, y la portavoz del equipo de Gobierno municipal, Andrea Ballesteros, culminó con el acuerdo de cesión de espacios pertenecientes a la institución eclesiástica para que se puedan acometer una obras muy demandas por los vecinos. 

En el caso de Villatoro, el objetivo es el arreglo del acceso a la iglesia de San Salvador, situada a las afueras del barrio, debido al mal estado en el que encuentra. Hasta allí se llega por un camino que comparten vehículos y peatones, lo que supone un riesgo para la seguridad de los segundos. La petición se formuló en 2018 a través de la Junta del Distrito Periférico, pero no llegó a materializarse. 

De hecho, la Diócesis realizó una importante inversión en este templo tras ser clausurado en 2014 al no superar una inspección técnica de edificios (ITC). Se actuó en la cubierta, se repararon las grietas y se arregló del suelo del campanario y las tapias del cementerio anexo con una inversión de 100.000 euros. De modo, que solo queda el arreglo del acceso para acabar de mejorar todo el entorno. 

En el caso de Capiscol, el objetivo es convertir el patio en el que está ubicada la iglesia, el centro municipal Espacio Mayor y el Aula Alternativa en el antiguo colegio Cervantes en un espacio público del que puedan disfrutar los vecinos. En la actualidad el pavimento se encuentra muy deteriorado con numerosas grietas y cuando llueve se forman enormes falsas de agua que complican el acceso. En los huecos ha crecido incluso la hierba. También están borradas las señales de las zonas deportivas que se encuentran obsoletas y, al no estar acotadas, los balones que se escapan van a los cristales de la parroquia. La idea es retirar el vallado y convertir la zona en un parque con espacios estanciales y también para la práctica deportiva.

El vicario general, Carlos Izquierdo, aseguró tras la reunión una «total colaboración con el Ayuntamiento para que estos barrios tengan mayor comodidad».