Los sindicatos mayoritarios en Campofrío, CCOO y UGT, esperan que la compañía les informe sobre la evolución de la oferta pública de adquisición (OPA)de acciones de la mexicana Sigma Alimentos y la china Shuanghui y, especialmente, sobre los cambios en el negocio y la organización que prevén los nuevos propietarios. De entrada, en ambas organizaciones hay preocupación pero también confianza en que se siga apostando por las fábricas de Burgos.

En el folleto explicativo de la operación se detalla que en un plazo de 12 meses habrá una revisión  estratégica del negocio y la estructura de la compañía, que se plasmará en un nuevo plan a tres años. Dentro de esta revisión, los compradores no descartan cambios, tanto en las actividades como en los centros de producción, distribución y ventas de la sociedad.

Los conocedores de esta operación consideraban ayer, de entrada, como lógico que el comprador se reserve el derecho a realizar cambios sobre la compañía que adquiere, aunque recordaban que Campofrío ha invertido 300 millones de euros en los últimos 3 años en un plan de reestructuración que, entre otras acciones, ha supuesto la construcción de una fábrica en Ólvega (Soria) o el cierre de otros centros en Francia e Italia.

Sin ocultar su preocupación por la llegada de los nuevos dueños, desde UGT se recordaba ayer que en el último comité europeo de Campofrío, celebrado el pasado 23 de abril, se habló del reforzamiento de la producción en el Sur de Europa, lo que incluye a las plantas de Burgos, para especializarlo en productos de gran consumo y también marcas blancas.

Accionarial

Desde CCOO, por su parte, insistieron en que ahora se está viviendo un proceso en el accionariado de la compañía sobre el que no tienen información directa y que consideran que terminará con su salida de Bolsa en breve plazo.

Insistieron en que estarán vigilantes para que este proceso no afecte a las plantillas ni la viabilidad futura de las fábricas burgalesas de la cárnica.