Un burgalés trabaja para reabrir un hospital en Liberia cerrado por el ébola

Angélica González / Burgos
-

El religioso de San Juan de Dios Justino Izquierdo, que actualmente está jubilado y vive con sus compañeros en Burgos, ha vuelto a ese país africano donde desarrolló buena parte de su vida profesional

El hermano de Justino, ayer, en Villayerno. - Foto: Alberto Rodrigo

 
Buena parte de su vida profesional como enfermero y fisioterapeuta la ha desarrollado en África y más concretamente en Liberia, país al que se siente muy unido emocionalmente. Tal es así que Justino Izquierdo, natural de Villayerno Morquillas y religioso de la orden de San Juan de Dios ya jubilado, no ha dudado en volver allí en el peor momento. Justo cuando el ébola está diezmando buena parte de la población. Lo ha hecho en compañía del coordinador de proyectos de la ONGD Juan Ciudad, Roberto Lorenzo, y de otro compañero, Maxi Díez. Los tres llevan allí desde finales del mes de agosto intentando reabrir el hospital de San Juan de Dios, clausurado por las autoridades debido a la epidemia. «Tratan de realizar un diagnóstico de la situación y valorar la estrategia que se va a seguir en el Hospital San José», precisan fuentes de la entidad. 
Desde Juan Ciudad explican que su viaje tiene que ver, además, con dotar de representación de la orden de San Juan de Dios en el país puesto que todos sus miembros fallecieron. Como se recordará, el 12 de agosto murió Miguel Pajares, que fue trasladado a España tras conocerse que padecía ébola. Los otros dos hermanos corrieron la misma suerte, de tal manera que toda la presencia de la orden religiosa en la capital del país, Monrovia, desapareció de un plumazo.
Ahora el objetivo parece ser la reapertura del hospital, clausurado como otros tantos por el Gobierno liberiano como medida preventiva. De hecho, solo ha quedado uno a disposición de los pacientes. Estos representantes de San Juan de Dios en Liberia han llevado consigo una buena cantidad de medicamentos para poder hacer frente a las distintas patologías. En cualquier caso, desde Juan Ciudad explican que Justino Izquierdo no corre ningún peligro de contagio porque no está en contacto directo con pacientes dado que el hospital está cerrado. «Él vive en una casa cerca del hospital», precisaron las mismas fuentes que indican que se han encontrado con una situación muy complicada puesto que la epidemia de ébola sigue sin ser controlada y las escuelas están cerradas
Hasta ahora, Justino vivía su jubilación junto al resto de sus compañeros de la comunidad de San Juan de Dios de Burgos en la vivienda que tienen junto al hospital del mismo nombre en el Paseo de la Isla.