Al menos 3.000 parcelas de la Ribera sufren daños por el hielo

L.N. / Aranda
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Los partes de siniestro proceden de Roa, La Horra, Aranda o Milagros y aumentarán en los próximos días

Daniel Maestre señala las partes de la planta quemadas por el hielo. - Foto: Alberto Rodrigo

Para muchos viticultores de la Ribera del Duero, las dos heladas consecutivas que se han registrado este martes y miércoles eran la crónica de una muerte anunciada. Tras la fuerte bajada de temperaturas a casi cuatro grados negativos y el adelanto de 18 días en la brotación, llegó el palo. Por ahora, el hielo ha provocado daños en al menos 2.307 hectáreas de viñedo en la denominación de origen. Desde Agroseguro apuntan que esta es solo una primera estimación y que la cifra, a juzgar por el gran número de partes de siniestro que están recibiendo en las últimas horas, aumentará los próximos días. 

Los daños se reparten por toda la comarca sin excepción y afectan a 2.964 parcelas distribuidas por municipios como Roa, La Horra, Gumiel de Izán, Aranda de Duero, Fuentespina, Milagros, Quemada, Baños de Valdearados, Peñaranda de Duero o La Vid y Barrios. También en Sotillo de la Ribera y Olmedillo de Roa se concentran un porcentaje considerable de partes, así como en Moradillo de Roa o enFuentenebro, con daños cercanos al 90% en algunas parcelas, donde el verde de las hojas ha dado paso a los tonos grises y negros, para disgusto de todo el sector. 

En definitiva, las dos heladas de esta semana han golpeado prácticamente a la generalidad de la Ribera, «con siniestros en toda la denominación de origen», como remarcan desde Agroseguro. Ahora queda por precisar a cuánto asciende el perjuicio a nivel económico. Pero no sólo la provincia de Burgos se ha visto afectada por un hielo que ayer algunos viticultores calificaban de «letal». Las bajas temperaturas también han provocado siniestros en los viñedos de Soria y Valladolid. Según indican desde la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados, en toda Castilla y León se han recibido hasta el momento partes que superan las 7.570 hectáreas, con especial afección en los viñedos de Ribera del Duero y Rueda. Tampoco La Rioja se ha librado. Allí, las heladas más graves se registraron los pasados jueves y viernes, con una superficie siniestrada de 4.367 hectáreas de viñas. 

En localidades como Castrillo de la Vega, el viticultor Antonio Ortega estima que habrá un centenar de hectáreas afectadas. Eso sí, en distinta medida. Por lo que ha podido comprobar hasta ahora, las más golpeadas habrían sufrido un daño que rondaría el 80%, mientras que hay otras con apenas un 10%. «Hay que esperar a ver si la viña recupera», sostiene Ortega, al tiempo que admite que ha sido «un palo gordo,  pero el seguro te da tranquilidad».

De hecho, desde Agroseguro subrayan que el riesgo de helada está incluido entre las coberturas del seguro de uva de vino en todas las modalidades que se suscriben durante el otoño, así como en las contrataciones que se efectúan a comienzos de la primavera.

Más contrataciones. En esta campaña, por ejemplo, cuentan con cobertura frente al hielo casi 10.300 hectáreas y alrededor de 55.000 toneladas de uva de vino, con un capital asegurado de más de 45 millones de euros, según detalló este diario a principios de abril. Se trata de un incremento del 12% respecto a la temporada pasada, cuando se aseguraron por este mismo motivo algo más de 9.200 hectáreas en los diversos municipios de la Ribera del Duero y una producción superior a las 49.000 toneladas de uva. Mientras, el capital asegurado rondó los 40,5 millones de euros. Pues bien, esta tendencia al alza se remonta a 2020 y ya encadena 5 años consecutivos.

Sea como fuere, los viticultores ribereños continúan en vilo al menos hasta San Isidro, época en la que suele finalizar el mayor riesgo de heladas. «Cruzaremos los dedos, pero el revolcón ya nos lo ha dado», concluye Tomás Bueno, de Zazuar.