«Valoramos reformar una nave pero las expectativas son crudas»

S.F.L. / Briviesca
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José Sagredo y la plantilla de la granja calcinada continúan con la recogida manual de huevos a la espera de una máquina. Los «largos plazos» para construir instalaciones comprometen el futuro de la empresa

Estado actual de los pabellones y el centro de clasificación destruidos por las llamas el pasado 26 de marzo. - Foto: S.F.L.

En las tres semanas que han transcurrido desde que las instalaciones más nuevas de la Granja Sagredo quedaran totalmente arrasadas por un fuego a José Sagredo, uno de los propietarios, se le han pasado varias ideas por la cabeza con el fin de dar continuidad al negocio. Entre ellas, la de «reformar una nave que albergue más gallinas y un nuevo centro de recepción», pero los «plazos tan largos» a cumplir para desarrollar el proyecto le han desanimado. «Las expectativas son muy crudas y ahora mismo estoy perdido, no sé si tirar para adelante y esperar los dos años que supuestamente tardaremos en ponerlo en marcha o dejarlo», comenta con cierta angustia. 

Sagredo confiaba en los periodos de tiempo que desde el «seguro» le expusieron para poner en marcha un nuevo espacio, pero «la realidad es otra», declara. «La reconstrucción de una nave supondrá una inversión de millones de euros y si seguimos con ello es simplemente por amor al arte. A día de hoy desconocemos lo que haremos, a veces nos enfrascamos tanto con algo que no vemos más allá. Tenemos que pensar», añade. 

Los granjeros se habían planteado reformar un pabellón y «alguna otra cosa» pero los plazos de ejecución que les han dado son «demasiados largos. Lo que pretendíamos realizar rápido igual nos supone medio año», explica. A pesar de la complicada situación que atraviesan han intentado buscar «ciertas soluciones» que, de alguna manera, se les han «chafado enteras debido al tiempo», asegura. 

A pesar de que las cosas no «salen como uno quiere», el empresario y su equipo de trabajadores continúa recogiendo a mano -al igual que la clasificación y el empaquetado- los huevos que a diario ponen las 40.000 gallinas que crían en el pabellón más antiguo de la explotación, una labor dura que les ocupa en torno a «4 o 5 horas de la jornada». A la espera de instalar una máquina que se encargue de realizar dicha función, que con suerte «pondremos en marcha en dos semanas o poco más», aclara, la plantilla se mantiene en las mismas cifras previas al suceso. La distribución y el reparto alcanza solo el comercio más local y de cercanía y por el momento no entregan en los grandes almacenes porque no disponen de «suficiente producción para ello». 

El briviescano ha centrado sus objetivos en solventar los problemas que el pasado 26 de marzo generaron un cambio en el plan de negocio e «ignora» el número de huevos que vende a diario. Lo importante es que los clientes de siempre siguen ofreciendo a los finales un producto local tan demandado. 

La Policía Judicial realizó una inspección ocular técnica horas después de producirse el incendio, aunque el examen de las causas está previsto que lo realicen los expertos en incendios de la Policía Judicial del Cuerpo, procedentes de Logroño. Las causas que originaron el incendio siguen siendo un misterio por resolver y los dueños ya cuentan con el permiso para acceder a los pabellones afectados sin la necesidad de ir acompañados por un agente. 

Más obstáculos. Además de los plazos exigidos para reconstruir parte de la instalación afectada, José Sagredo afea la «cantidad de trámites burocráticos» que hay que cumplir. Por otro lado, la subida de precios de los «materiales de construcción y el suministro de material avícola» también han provocado dudas sobre el futuro de la granja burebana.

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