Los otros tesoros de las Lagunas de Neila

Belén Antón / Neila
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Más de cuarenta personas participaron ayer en la cita de Geocaching Spain para encontrar unos 'cachés' escondidos utilizando dispositivos GPS

Los participantes retiran las acreditaciones y la documentación antes de comenzar las pruebas. - Foto: Azúa

Buscar tesoros no es sólo un juego de niños. También es compartir, disfrutar de la naturaleza, una excusa para salir al campo, y por qué no, un aliciente. De eso trata el geocaching, una práctica que consiste en encontrar cachés escondidos al aire libre utilizando un dispositivo GPS y que ayer reunió a cuarenta personas en las Lagunas de Neila. Un nutrido grupo formado por aficionados de todas las edades y de diferentes provincias que acudió a la convocatoria organizada por Geocaching Spain, la asociación más importante de esta práctica en España.

La actividad, en la que había que inscribirse previamente a través de su web, consistía en encontrar 12 tesoros siguiendo unas coordenadas a lo largo de 10 kilómetros alrededor de las cinco lagunas que componen el conjunto. En este caso, los cachés, colocados específicamente para esta actividad y que ya se quedarán en este bonito paraje para el futuro, consistían en una caja de plástico forrada con una bolsa para que no le llegue el agua y en cuyo interior guardaban diferentes pequeños objetos como canicas, llaveros, imanes o cochecitos y una libreta y un lápiz. Una vez encontrada la caja, bien el grupo o la persona que la ha descubierto, se apunta en el papel que hay dentro y la vuelve a dejar como estaba. Después, en internet, en la página de geocaching donde está registrado con un nombre de usuario, cada uno se apuntará los cachés descubiertos.

«Es un juego, una manera diferente de disfrutar de la naturaleza. Cualquiera puede colocar una caja y registrar en la web las coordenadas donde se encuentran, eso sí, debe de mantenerla y tratar de que esté en buen estado. Y de igual manera, cualquiera pueda participar para buscarlas, basta con inscribirse en internet con un nombre de usuario y te aparece donde hay cachés escondidos. Cada uno puede ir por libre, no hace falta ir como en este caso mediante una concentración», explica Elisa del Canto, miembro de la organización, que ha buscado tesoros por diferentes partes del mundo junto a su marido, incluso en Cabo Verde, y que destaca la solidaridad y compañerismo dentro de esta actividad. «Solemos llevar en la mochila cachés de repuesto, por si nos encontramos alguno roto o deteriorado. Luego, en la web, se comunica a la persona que lo colocó que se ha sustituido. Además, se pueden coger los objetos que hay en su interior, pero siempre cambiándolo por uno de igual o mayor valor».

Esto último es lo que más le gusta al pequeño Sebastián de cinco años. Acompañado de su madre Anica y de su padre Alfonso buscaba los tesoros para ver que había en su interior y poder intercambiar los objetos por algún otro de los muchos que llevaba preparados en su mochila para ello. Los tres llegaron hasta Neila desde Pamplona, ciudad en la que viven, aunque esta no es la primera vez que visitaban la provincia. «Nos encanta Burgos, tiene paisajes naturales espectaculares y venimos con frecuencia porque nos gusta, pero tratamos de evitar hacerlo en invierno», bromeaba mientras Anica volvía a colocar la caja bajo la piedra.

El geocaching es una práctica muy extendida en el mundo, hay cachés en cualquier lugar, incluso en la ciudades. En las señales de tráfico puede haber mini tesoros en forma de imán en cuyo interior hay un papel enrollado. «No sé con exactitud, pero en España hay más de 12.000 y en todo el mundo supera el millón y medio. Hay tesoros en más de doscientos países y los aficionados superamos los cinco millones», señala Elisa del Canto. Además de buscar tesoros, los participantes han podido disfrutar de una bonito fin de semana en la sierra burgalesa. Ayer sábado comieron de picnic en el entorno de las lagunas y por la noche hicieron un recorrido nocturno, en el que debían de encontrar chinchetas luminosas en los árboles. Hoy harán una nueva ruta por el entorno del pueblo de Neila, visitarán su cueva y comerán allí.