Una fundación preservará y proyectará el legado de Ignacio del Río

R.P.B. / Burgos
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La segunda planta de San Juan se convertirá en el centro expositivo de la obra del pintor burgalés y de otros artistas contemporáneos

Atento a todo hasta el último suspiro, Ignacio del Río dejó trazado el boceto de su posteridad: su familia va a crear una fundación, cuyas riendas llevarán sus hijos, que preservará y proyectará su obra. Contará con la complicidad del Ayuntamiento de Burgos, que cederá un espacio donde la familia podrá albergar los fondos en depósito hasta que se ponga en marcha la fundación si así fuera preciso, y un espacio en el que poder ir mostrando, en sucesivas exposiciones, esas y otras obras del pintor burgalés, como confirmó ayer a este periódico el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle. «Nos hemos puesto a su disposición y hemos creído que el Monasterio de San Juan es el sitio ideal tanto para custodiar los cuadros como para después exhibirlos, tal y como acordamos con él.Estamos encantados de que así sea».

A las obras que aporte la fundación se sumarán otras: la treintena que compondrá el fondo que el pintor acordó ceder al Consistorio hace unas pocas semanas con el compromiso de que se exhibirían en un futuro en San Juan. Aunque se redactó el documento y ambas partes estaban de acuerdo, el ingreso hospitalario del artista y ahora su muerte truncó la firma. Con todo, ambas partes esperan poder cerrarlo en los días venideros, ya que el acuerdo era total.

El propio artista recorrió las estancias del monasterio acompañado por el concejal de Cultura, Fernando Gómez, y el gerente del IMC, Ignacio González, quienes le convencieron tanto con el espacio como con las explicaciones de cómo quedará su interior después de las reformas que se pretenden acometer. Es intención del equipo de Gobierno revitalizar el que es hoy Museo MarcelianoSantamaría «y qué mejor manera que empezar haciéndolo con obras de Ignacio del Río», apunta Lacalle. La intención municipal es convertirlo en un museo de arte contemporáneo, donde también puedan exponerse obras de Luis Sáez o Modesto Ciruelos, sin dejar de dedicar un espacio permanente y en exclusiva, como ahora, a Marceliano Santa María. «Pero la idea es que la exposición pueda variarse de forma periódica, de tal manera que el museo sea algo vivo y propiciar también que venga más gente a verlo», añade Lacalle.

El cambio en el ‘objeto social’ de este obligará a negociar con el Ministerio de Cultura, propietario del inmueble, toda vez que la cesión que se hizo en su día fue para albergar exclusivamente la obra de Marceliano Santa María, por lo que para convertirlo en un museo de arte contemporáneo será necesaria la aprobación de la administración central.