Lista para afrontar todos los inviernos

G.A.T. / Miranda
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Ayuelas ha invertido 100.000 euros en la reparación del tejado de su iglesia de San Andrés, que debido a la acumulación de humedad y a las pasadas nevadas estaba en riesgo sufrir daños irreparables

 
Ha costado mucho tiempo y dinero, pero Ayuelas ha logrado salvar su iglesia de San Andrés, tremendamente amenazada por las filtraciones y la humedad. Los trabajos de rehabilitación del templo han concluido y la edificación luce esplendorosa con su nueva cubierta, que ha puesto freno a uno de los grandes males que tienen los templos religiosos de los pueblos, que no es otro que la humedad que poco a poco va pudiendo sus cubiertas y en muchas ocasiones hace que se produzcan hundimientos.
«Ya se habían caído algunas piedras y las vigas estaban completamente podridas. Llevábamos tres años tratando de hacerlo y si llegamos a esperar uno más no sé qué hubiera pasado», comenta Enrique Ortiz, hasta el pasado mes de mayo alcalde, e impulsor junto con otros vecinos de esta actuación tan esperada por el pueblo.
Y es que el malísimo invierno habido este año y las sucesivas nevadas habían acabado por deteriorar la iglesia, por lo que la demora en las obras no podía mantenerse. «Hemos llamado a muchas puertas y al final algo hemos conseguido del Ayuntamiento, la Diputación y el Arzobispado», dice Ortiz, si bien el grueso del gasto, que ronda los 100.000 euros, ha sido asumido por la pedanía al haber acumulado la dotación de inversiones de tres años.
También ha habido mucha colaboración del pueblo tanto a la hora de facilitar la colocación de la grúa como de llevar parte del material y hacer limpiezas, e incluso la cuestación popular hecha para financiar parte de los trabajos se saldó con cerca de 15.000 euros. «Esto era muy necesario y la gente se ha volcado», dice Ortiz.
La intervención ha supuesto el desmontaje de la cubierta y la sustitución de todas las vigas de madera, así como de todo el tejado de tejas, que además se han fijado convenientemente para evitar que el viento las mueva, al ser un templo que se encuentra en un promontorio y está más expuesto a los rigores climáticos.
Luego, como en casi toda obra, y más en este tipo de templos cuyo mantenimiento en mínimo, al hacer la actuación principal se encontraron con que en la zona de la sacristía también había muchas filtraciones de agua y el tejado estaba también muy deteriorado, por lo que hubo que ampliar el proyecto. «No podíamos dejarlo como estaba porque en poco tiempo hubiéramos tenido que volver a arreglarlo, y ya que estábamos con la obra principal aprovechamos», explica el exalcalde.
La intervención ha dejado un templo preparado para afrontar los nuevos inviernos, y este calor estival está permitiendo que poco a poco los muros vayan secándose de la humedad acumulada. Una iglesia que es un ejemplo constructivo de los últimos años del siglo XV y el primer tercio del siglo XVI, «con un vocabulario todavía gótico en soportes y bóveda pero, al tiempo, con una búsqueda del espacio y las proporciones renacentistas», se refleja en su ficha artística. Destaca igualmente su torre almenada, uno de los pocos ejemplos existentes, y un pórtico añadido en el siglo XVIII. 
En el templo quedan además vestigios de lo que seguramente fue una construcción anterior románica. También conserva la maquinaria de un antiguo reloj, y en el interior un retablo barroco de gran belleza. Precisamente el siguiente objetivo del pueblo es tratar de lograr la ayuda del Arzobispado para que puedan hacerse su limpieza y reparación.