Un ciclista se topa con un pastor eléctrico cerca de Medina de Pomar

I. Elices / Burgos
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Iba por un camino entre Torres de Medina y Villatomil. Gracias a que se paró poco antes a contemplar un vallado no descendía a mucha velocidad y pudo ver el cable, mal señalizado

David, un joven burgalés que en estos días se encuentra en Medina de Pomar, recibió el miércoles un whatsapp de su grupo de amigos en el que le enviaban la noticia del Diario Montañés que informaba de la muerte de un ciclista zamorano en Cantabria tras tropezar con un pastor eléctrico en mitad de la ruta GR99, no muy lejos de Orbaneja del Castillo. Leyó el texto con preocupación, pues como aficionado a la bicicleta está expuestos a mil y un peligros. Pues bien, esa misma tarde se dispuso a dar un paseo por el monte sobre dos ruedas y, zas, se topó con un cable que le cortaba el paso en un camino.

Menos mal que metros antes se había bajado de la bicicleta para observar un vallado que había llamado su atención. Esta eventualidad hizo que no alcanzara una velocidad demasiado elevada y reparara en que un cable cruzaba la senda que seguía. La presencia del pastor eléctrico estaba mezquinamente señalizada con un minúsculo trozo de bolsa blanca, por lo que «de haber ido rápido» seguramente hubiera sufrido «un grave accidente». «Seguro que pusieron bolsas para indicar que el cable estaba allí, pero no es manera de señalizar, porque se vuelan, los animales las muerden y se hacen invisibles», lamenta.

El camino en el que halló el pastor eléctrico se encuentra entre Torres de Medina y Villatomil, en mitad de un monte. La senda «no está catastrada», por lo que en su opinión se trata de un camino «para el paso del ganado». En todo caso, advierte de que en la carretera por la que se accede al mismo  no hay ninguna indicación que prohíba el acceso.

Este joven burgalés aficionado a la bicicleta no entiende que «estas prácticas no estén más controladas». A su juicio, las autoridades «deberían obligar a los ganaderos que colocan los pastores eléctricos a señalizarlos debidamente». No puede ser, agrega, que «a una persona que lleva una bici en la baca del coche tenga que comprar un cartel rojo y blanco de 50 euros para señalizarla y que no haya una normativa para atajar prácticas que son mucho más peligrosas».

Reconoce que es la primera vez que se topa con un obstáculo de esta naturaleza. Pero qué casualidad que haya sido después de que muriera el ciclista zamorano en Cantabria. «Hay que hacer algo para que esto no se vuelva repetir», subrayaba ayer.