El Parque Científico de la UBU, una red de futuro de alto rendimiento

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Esta infraestructura científica ha incrementado sus ingresos un 26% y tiene registrados a 72 usuarios internos pertenecientes a grupos de investigación de la UBU y 82 clientes externos

El parque tecnológico de la UBU trabaja con empresas internacionales. - Foto: Fotos: UBU

La permanente mejora de la infraestructura científica es un signo de identidad de nuestra Universidad. La Universidad de Burgos cuenta desde el año 2001 con su propio Parque Científico Tecnológico ubicado en el campus de San Amaro, que avanza a pleno rendimiento y presta servicios de alta calidad científica y tecnológica a empresas, instituciones públicas e investigadores de la región, del resto del país y de Europa.

Esta semana, el Parque Científico ha actualizado su página web http://www.ubu.es/es/pct, en la que se ha incluido de manera más detallada y clara los diferentes servicios científico técnicos de que dispone el parque, las unidades de gestión de residuos y medioambiental de la UBU, competencia directa del parque científico, y los nuevos centros CITI y CIBA, dos centros orientados al tema de investigación industrial y alimentario respectivamente.

Para la Universidad es una prioridad poner el conocimiento de sus docentes e investigadores al servicio del crecimiento económico y, en medio de una crisis tan larga y profunda como la que estamos viviendo, el Parque Científico Tecnológico sorprende al incrementar su beneficio y aumentar sus ingresos en un 26% con respecto al año 2011 y un 95% en relación con 2010. Según señala su director Jacinto José Delgado: “Estas cifras demuestra la alta rentabilidad de estas infraestructuras y el servicio que ofrece el Parque”. El incremento de la actividad se debe a que han aumentado los servicios que se prestan a las empresas, ya que las industrias del entorno, al no poder hacer grandes inversiones en I+D+I ni comprar nuevos equipos, encargan el trabajo directamente a la institución académica burgalesa.

LA INVESTIGACIÓN NOS PUEDE SACAR DE LA CRISIS.

El pensamiento es unánime. Lo que nos puede sacar de esta crisis es la dedicación a la investigación, el desarrollo y la innovación. Es por ello, que, desde hace más de una década, el parque científico de la UBU teje una red de futuro. Se trata de una infraestructura cuya finalidad es generar investigación e innovación. En este centro se preparan muestras, se ponen a punto nuevas técnicas, desarrollan análisis y ensayos y se realizan prototipos. Jacinto Delgado subraya que, en estos momentos, en el parque hay registrados hasta la fecha, 72 usuarios internos pertenecientes a grupos de investigación de la UBU, 82 clientes externos, entre otros empresas líderes de los diferentes sectores de Castilla y León.

La Universidad pone al servicio de la empresa, conocimiento, instrumental y técnicas para la creación de empleo y desarrollo de proyectos, que propician la colaboración entre la UBU y el sector productivo del entorno socioeconómico, favoreciendo el nacimiento de nuevas empresas y la interacción Universidad–Empresa en la participación en proyectos de I+D+I y realización de ensayos específicos, así como la implantación de empresas tecnológicas EBTs y spin-off, empresas que se han ido creando al amparo del parque. “Actualmente la Universidad de Burgos cuenta con doce start ups, tres spin-off universitarias, una de ellas es una empresa de Base tecnológica; y estamos en fase de constituir una cuarta”, afirma el vicerrector de Investigación, Jordi Rovira.

Pese al esfuerzo que viene desarrollando el Parque Tecnológico, la sociedad desconoce lo que hacen nuestros investigadores. Un paso importante ha sido la puesta en marcha de la técnica de difracción de Rayos X en polvo. Esta técnica permite la identificación de fases y composición química de muestras policristalinas, una técnica de caracterización básica de todo tipo de material con estructura cristalina: metales, minerales, polímeros, catalizadores, plásticos, productos farmacéuticos, recubrimientos de capa fina, cerámicas, semiconductores e incluso fluidos. Esta técnica es de carácter no destructivo, lo que permite a los científicos la recuperación del material estudiado sin ningún tipo de deterioro. El espectro de difracción es una auténtica “Huella dactilar” que permite la identificación de cualquier mezcla.

En los últimos años el parque ha incorporado varios equipos que dan servicio a las empresas y a los investigadores. Entre los equipos con que cuenta el Parque, destacan, a parte del mencionado difractómetro de Rayos X de polvo, un equipo de fluorescencia de rayos X y un ICP-MS que permite el análisis de metales pesados en concentraciones de partes por billón o trillón. Muchos de los equipos son equipamiento puntero y alguno de ellos, por sus características técnicas, exclusivo de la Universidad de Burgos, como la cámara climática para vehículos o la losa de fatiga, ambas ubicadas en la Escuela Politécnica Superior de la Milanera de la Universidad de Burgos y única en Europa. Otro equipamiento muy interesante es el equipo de sinterizado láser que permite la realización de réplicas de cualquier estructura 3D que se quiera diseñar o hacer réplicas de los valiosos fósiles encontrados en Atapuerca para facilitar su posterior estudio, sin deteriorar los originales.

CUATRO DÓLARES DE

INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL

La existencia del Parque Científico Tecnológico ha favorecido e incrementado de manera muy importante la colaboración de los investigadores con las empresas para realizar estudios. En la última década el crecimiento de la producción científica en la UBU ha sido tan espectacular que, en este momento, una de las mayores preocupaciones de la Universidad es ampliar el espacio con la creación de dos nuevos centros de investigación, el CITI y CIBA. El primero se dedicará a la tecnología industrial y el segundo al campo de la biotecnología alimentaria.

Jaffe, en 1989 apuntaba, en clave norteamericana, que un dólar de investigación universitaria en un Estado generaba cuatro dólares de investigación industrial en ese mimo Estado. La conexión de las universidades con las necesidades de la sociedad, y particularmente de su economía, muestra actualmente un tipo de relación distinta de lo que era habitual hasta mediados del siglo pasado. Actualmente una parte cuantitativamente significativa de la actividad de las universidades se ve empujada a comportarse a la larga como un sector más del sistema productivo de nuestro país.