La alianza UPA-COAG ha trasladado en las últimas horas a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León una petición expresa de que, con carácter de urgencia, desarrolle un plan de eliminación de buitres en amplias zonas de nuestra comunidad autónoma donde se está evidenciando un grave problema de superpoblación de estas aves necrófagas.
La organización agraria lleva alertando desde hace tiempo del peligro que supone para la cabaña ganadera de la región la cada vez mayor frecuencia de ataques a animales vivos por parte de los buitres. Aseguran igualmente que solo con un descaste de la población de estas carroñeras se podría controlar la densidad de una especie que, entienden, se ha multiplicado de forma desproporcionada en determinadas zonas de montaña de la Comunidad y solo así se eliminaría el potencial reproductor de la misma.
La alianza alerta sobre el peligro que corren las explotaciones ganaderas extensivas, sobre todo ovejas y vacas, durante el parto, cuando los animales son más vulnerables debido a la enorme población de estas aves que no sufren ningún tipo de depredación y que se han extendido en número de ejemplares de una forma sorprendente.
La organización exige a la Junta, como responsable del cuidado de la fauna salvaje, que deje de mostrarse contemplativa con los ataques cada vez más frecuentes y que ponga en marcha un sistema de indemnizaciones que palien las pérdidas económicas que les están ocasionando los ataques a los ganaderos.
En este sentido, consideran desde UPA-COAG que dado que es una especie protegida, al igual que el lobo, sus efectos en la ganadería deberían estar incluidos dentro de un plan de indemnizaciones por vía patrimonial, y por lo tanto el Gobierno regional debería asumir los daños que sufran los ganaderos.
La alianza UPA-COAG considera necesario que, aparte de habilitar más espacios para alimentarlos, es el momento de actuar desde la Administración regional, porque también los buitres, como lo están haciendo los lobos, siguen poniendo al límite de la supervivencia a infinidad de explotaciones ganaderas de la región.
La organización agraria hace, de esta forma, un llamamiento al sentido común y a la responsabilidad de la Consejería de Medio Ambiente para tomar medidas urgentes y que de sus actuaciones emane no tanto la protección de estas aves carroñeras sino el interés de las familias que viven de la ganadería en zonas de montaña de Castilla y León.