Vacaciones para todos

Laura Romero / Burgos
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El camping burgalés Puerto de la Demanda se ha sumado a la iniciativa 'Bungalow Feliz' para que los niños con padres en paro también puedan disfrutar de los meses de verano

Imagen del bungalow que el camping Puerta de la Demanda reserva para estas familias. - Foto: Luis López Araico

Que el desempleo no pare las vacaciones, que la pésima situación económica por la que pasan más de 2 millones de familias en España no sea motivo de dejar de disfrutar del verano. Esta es la premisa básica de la iniciativa solidaria ‘Bungalow Feliz:Ni un niño sin vacaciones’, que cumplió este verano su segunda edición y que cuenta ya con más de 70 campings inscritos, entre los cuales destaca uno burgalés, Puerta de la Demanda, situado en Villasur de Herreros. El objetivo:que todos puedan divertirse en julio y agosto sin condiciones ni clases, porque no hay mayor fortuna que ser feliz.

Con este proyecto social promovido por la Federación Española de Empresarios de Camping (FEEC) se pretende ayudar a que, aquellas familias que se encuentran en paro con hijos, puedan disfrutar de estos meses calurosos de forma gratuita en un bungalow con todas las comodidades y aunque sólo sea por unos días, recuperar la sonrisa, pues las vacaciones no deberían ser un lujo, sino un derecho de todos.

Emilio Valle, director de tres campings en Santander, Soria y Burgos, no dudó en sumarse a esta actividad solidaria. Su recinto de acampada, situado en Villasur de los Herreros, es el único de esta provincia adscrito a ‘Bungalow Feliz’. «A mi me gustaría que, si estuviese en esa situación, me echasen una mano», asegura el dueño y explica que ese determina uno de los grandes motivos por los que decidió incorporar sus tres negocios a este proyecto.

La iniciativa consiste en ceder al menos un bungalow durante un fin de semana a familias cuyos progenitores estén en paro desde hace un año o más y que tengan mínimo un hijo menor de 14 años. Todos los que se han unido lo han hecho de forma voluntaria, y deben incorporar esta oferta al menos 15 días, pero cada uno de los empresarios decidirá si alarga o no el período de tiempo en el que ofrece esta oportunidad.

Emilio Valle, firme defensor del disfrute veraniego para todos, abre un bungalow gratuito desde junio hasta octubre, con dos habitaciones, un salón, una cocina y un porche. Además, amplía la estancia a una semana en el caso de que las familias así lo deseen y esté sin reservar, aunque no suele ocurrir. En agosto ha parado la actividad porque ya lo tenía completo, pero en septiembre recuperará de nuevo el lugar de alojamiento que deja libre para estas familias.

«Resulta muy complicado que la gente regale algo, al fin y al cabo esto es un negocio, pero las vacaciones son necesarias y me parece una pena escuchar a los críos decir que hace cuatro años que no salen de su ciudad», explica. Él asegura que se apunta por segunda vez porque se lo puede permitir y porque considera que esta iniciativa significa mucho para las personas que no pueden permitírselo. «Además, son muy agradecidos. Los niños dejan notas y dibujos por los días tan divertidos que han pasado en el camping y comentan que volverán cuando tengan dinero», expone.

Aunque sólo oferte un bungalow, la suma de todos los adscritos hace que sean muchas las familias que se puedan permitir disfrutar de este derecho. Emilio recibe a un grupo por semana desde que comenzó en junio, y revela que en 2013 gozaron de esta oportunidad al menos 13 familias. Este año prevé que alcanzará la misma cifra porque nunca sobran plazas, y menos ahora que el proyecto tiene más repercusión por el boca a boca y los medios de comunicación. Gracias a ello, el número de campings que colaboran ha ido aumentando, pues en 2013 fueron alrededor de 60 y este año han superado con creces ese número. «Si no se rompe la dinámica, en 2015 seremos unos 100, y eso implica alegrar a muchos padres y sobre todo, a sus hijos».

Emilio está muy comprometido con la iniciativa y asegura que le resulta difícil no empatizar con ellos por las historias tan complicadas que le cuentan. «Yo no puedo solucionar el problema pero sí puedo hacer que se olviden de él durante unos días», alega.

Con una satisfacción personal enorme, el dueño del camping Puerta de la Demanda garantiza que no busca que la gente lo valore, «lo hago porque considero que lo necesitan». Pese a tratarse de un negocio que busca beneficio económico, Emilio entiende que hay situaciones más importantes. «No me preocupa lo que dejo de ganar porque sé el motivo por el que lo hago y no necesito nada más que eso», añade.

Anima a que más campings de toda España se sumen a esta gran acción social y, con la sonrisa de los niños como máximo beneficio, este burgalés y el dueño de los otros más de 70 recintos adscritos tienen claro que por unos días, hay que olvidarse de buscar clientes y ver que detrás de todo ello, hay personas que también tienen derecho a un verano sin restricciones.