Nuevos datos, viejos debates

R.P.B. / Burgos
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Las nuevas técnicas de datación están llevando a los científicos a reconsiderar fechas del arte rupestre que parecían establecidas

 
La cronología del arte rupestre paleolítico es en la actualidad uno de los principales motivos de debate en el ámbito científico. «Desde los años 90, han aparecido nuevos datos arqueológicos y al mismo tiempo se han desarrollado mucho las técnicas de datación, lo que ha motivado que los nuevos sitios y las nuevas técnicas que estamos empezando a aplicar están teniendo como consecuencia que nos tengamos que reconsiderar ciertas cosas que estaban muy bien establecidas», explicó ayer Roberto Ontañón, doctor en Historia, director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria y director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, a la sazón coordinador de la ponencia sobre las nuevas dataciones y nuevos datos en el arte rupestre.
Ponencia que enfrentó a varios científicos en un debate encendido cara a cara y no a través de la bibliografía, como había sido hasta ahora. Lo relevante de la sesión es que en la misma mesa se sentaron científicos ingleses y franceses que debatieron sus argumentos. «El carbono 14 ha permitido demostrar que las fechas que estaban establecidas son más antiguas de lo que pensábamos.En los últimos años hemos puesto en marcha un proyecto de investigación que no data materia orgánica sino inorgánica. Estudiamos la desintegración de ciertos átomos de la calcita cristalizada».
 Estos proyectos nuevos, señaló Ontañón, están arrojando también resultados muy sorprendentes, de gran antigüedad para algunas representaciones artísticas, «hasta el punto de que se está empezando a plantear la posibilidad de que parte del arte rupestre quizás no sea exclusivo del Homo sapiens -nuestra especie- y que quizás los Neandertales, que los antecedieron en las cuevas europeas, pudieron haber tomado parte de los inicios del arte rupestre.Esto ya no es una cuestión cultural o histórica, sino  que tiene implicaciones antropológicas».
 
Altamira, un ejemplo. Ontañón desveló que el techo de polícromos de Altamira, donde están los famosos bisontes, hay pinturas que tienen por lo menos 35.000 años de antigüedad, «cuando antes la fecha de los bisontes era de 14.000.Ahora sabemos que ese panel no es coetáneo, sino que hay pinturas mucho más antiguas, realizadas milenios antes.