El 'Sexto' se hace mayor

B.G.R. / Burgos
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El Instituto Pintor Luis Sáez celebra sus 25 años de vida como referente de un centro que nació por la demanda social del barrio de Gamonal ante el déficit de plazas existente a finales de los 80

Los 900 alumnos actuales celebran el cumpleaños. - Foto: Alberto Rodrigo

Los chicos y chicas del ‘Sexto’ se han hecho mayores. Aquellos jóvenes que estrenaron instituto con catorce años, cuando iniciaban primero de BUP, están a punto de llegar a los 40. Y es que, el Pintor Luis Sáez, situado en la calle Alfonso XI, cumple 25 años. Un cuarto de siglo en el que el número de alumnos se ha multiplicado por siete y el centro ha sufrido dos ampliaciones, con la necesidad de empezar a reclamar una tercera.

Como suele ocurrir con todos los inicios, los de este instituto no fueron fáciles. Lo recuerda Segundo Luis Martínez, el que fuera su director durante 21 años hasta que el curso pasado lo sustituyera José Antonio Vilumbrares. «A finales de los años ochenta, en Gamonal había déficit de plazas para  BUP y COU», relata en referencia a aquellos casi olvidados Bachillerato Unificado Polivalente y  Curso de Orientación Universitaria.

No resultó fácil conseguirlo y su logro fue mérito de los «esfuerzos y la lucha del barrio». Hubo protestas, manifestaciones por las calles de la ciudad e, incluso, se colgó una pancarta en el balcón de la Casa Consistorial reclamando la necesidad del ‘Sexto’ instituto de la ciudad, tal y como se le reivindicó en aquel momento y se le sigue conociendo. Las voces de los vecinos fueron finalmente escuchadas por el Ministerio de Educación, que solicitó la parcela al Ayuntamiento. Sin embargo, la administración local no accedió y fue, finalmente, la Junta, con la firma del entonces consejero de Ordenación del Territorio, José Luis Sagredo de Miguel,  la que «hizo posible» la cesión de los terrenos donde se hallaba el extinto colegio público de Las Torres.

Clase práctica en las aulas del instituto a mediados de los noventa.Clase práctica en las aulas del instituto a mediados de los noventa. - Foto: Patricia El nuevo instituto se levantaría en una parcela de 11.200 metros cuadrados. «Parecía que allí terminaba la civilización; todavía se veían ovejas y gente buscando setas por los alrededores», recuerda Martínez a la hora de describir el cambio urbanístico que ha sufrido la zona. La creación legal del centro se produjo en 1989 pero hasta febrero de 1992 no comenzaron las obras, que se prolongaron durante apenas seis meses.

A lo largo de ese tiempo, hubo un periodo de transición donde los estudiantes del Pintor daban clase en los bajos del colegio Fernando de Rojas, también en el barrio de Gamonal. Ahí empezó la historia de convivencia que caracteriza a este centro, según su antiguo director y coordinador del programa de actos del 25 aniversario del centro.

Porque tres cursos después de abandonar las aulas ‘prestadas’ y estrenar edificio, los jóvenes del ‘Sexto’ seguían compartiendo el patio con los del colegio Las Torres hasta que estos se trasladaron al actual Miguel Delibes del G-3. En 1996, cuatro años después de su estreno, llegaría su primera ampliación, debido a las necesidades de la ley educativa LOGSE, que suponía un incremento de alumnos procedentes de la EGB y un aumento de las aulas dedicadas a materias como tecnología, música o plástica. Para ello, se absorbió el citado colegio ya vacío, que pasaría a convertirse en el actual gimnasio. La última ampliación llegó en el año 1999, con la construcción de seis nuevas clases y servicios complementarios.

El Pintor se construyó para 600 alumnos. Se estrenó con 140 y en la actualidad cuenta con 936, siendo el más numeroso de la capital burgalesa en Educación Secundaria. Martínez reconoce que falta espacio y que existe una «carencia» de medios informáticos modernos, para lo que el instituto había «ahorrado» una partida que finalmente se ha visto obligado a destinar a otros fines a instancias de la Junta. Además, considera primordial la construcción de un polideportivo, máxime, además, con la trayectoria deportiva del centro.

Con el deporte

La variedad de actividades deportivas no es fruto de la casualidad. «Hay muchos equipos de distintas disciplinas para que nadie se sienta excluido por sus capacidades», remarca su primer director, a lo que añade el hecho de que el deporte es considerado como parte de la formación, sentimiento de pertenencia al centro y una válvula de escape para la disciplina.

Porque el respeto a las normas establecidas es una de las máximas del ‘Sexto’ que define su marchamo de «enseñanza de calidad», junto a un control férreo del absentismo, una acción tutorial directa y una amplia oferta de actividades extraescolares y complementarias. «Fuimos pioneros en incorporar monitores externos para la tutoría de los alumnos», explica Martínez, que hace hincapié en el resultado obtenido en este tiempo con una notable reducción del absentismo. «Ha aumentado el rendimiento», agrega, sustentando su afirmación en el 99% de aprobados en Selectividad en junio y el 70% de septiembre.

Pero no solo en el control de asistencia fueron avanzados. Este profesor también menciona la educación en la diversidad, al recibir en sus primeros años un «alumnado muy variado» que motivó la creación de grupos adaptados, más allá de los programas de diversidad de la Consejería, que han dado «excelentes resultados».

Ahora, después de 25 años, esperan que la Junta respalde su petición de Bachillerato de Excelencia para sumar un nuevo capítulo a su historia a su historia.