«Hay que vacunar siempre, pero también tranquilizar y decir lo que hay»

Gadea G. Ubierna / Burgos
-

Jesús Rodrigo Palacios • Pediatra jubilado

Empezó su carrera profesional en un centro de salud de Gamonal, pero en menos de doce meses sacó la plaza para ejercer en el General Yagüe durante 35 años. Hubiera querido jubilarse en este hospital, pero su consulta - Endocrinología pediátrica- fue la primera que se trasladó al HUBU. En 2013, con 65 años, se retiró y tampoco ejerce en el sector privado.

La vacunación infantil ha sido causa de encendidas polémicas en los últimos meses. En unos casos, por la vuelta a la primera plana de enfermedades como la tosferina o la difteria, que la sociedad creía erradicadas; y en otros, por la ansiedad generada  ante decisiones políticas no siempre bien entendidas o explicadas como que en función de la región en la que se viva se pueda vacunar de la varicela o no hacerlo, o autorizar la venta de un preparado contra una enfermedad tan grave como la meningitis B sin tener garantía de que haya existencias para toda la demanda. Todo ello ha animado al Colegio de Médicos de Burgos a organizar una charla sobre el tema, esta tarde a las 18.30 horas en su sede de la avenida del Cid. La impartirá el pediatra jubilado Jesús Rodrigo Palacios.

‘Vacunas en la infancia. Calendario. ¿Vacunar siempre?’ es el título y le pregunto: ¿Siempre?

Como pediatra, sostengo la postura de la Asociación Española de Pediatría que es que hay que vacunar siempre. Las vacunas han sido un gran avance de la medicina y han erradicado enfermedades que secularmente diezmaban a la población: la viruela, la polio, el sarampión e incluso la meningitis, de la que asistimos a una restricción importante.

¿Y no se corre el riesgo de inmunizar en exceso?

Cuando se hizo la primera vacuna, en 1791, ya se creó un comité en contra en Gran Bretaña y yo he conocido a padres que no han vacunado a sus hijos. Pero la línea va más porque algunos adyuvantes y conservantes de las vacunas son nocivos para el organismo en cantidades grandes. Y luego, está la raíz religiosa: el poner enfermo a un sano.  Pero, insisto, en las sociedades occidentales mayoritariamente se piensa que los beneficios son mayores que los posibles perjuicios.

Alrededor de las vacunas hay un negocio muy lucrativo. ¿Hasta qué punto hay presión de la industria farmacéutica?

No se sabe. Es cierto que en algunos aspectos la medicina es negocio:se invierte en investigación y tecnología y se quiere sacar beneficio. Pero los comités de ética exigen que en las publicaciones haya los mínimos intereses creados y siempre referenciados. Sin ninguna duda habrá presiones e intereses, pero intentamos ser asépticos y honestos. Y los resultados son los que son: la humanidad ha avanzado.

La varicela es una enfermedad que puede complicarse, pero que la mayoría supera sin problema. ¿Es imprescindible la vacuna?

En principio es benigna, pero no está exenta de efectos secundarios: principalmente neumonías o encefalitis. Y no es muy raro que se complique. Entonces, si hay un sistema que parece inocuo como es vacunar, ¿por qué no hacerlo? Yo soy defensor de las vacunas, pero es que he visto complicaciones de esta enfermedad que casi podemos erradicar. Y cuando ahora ves una encefalitis por una varicela en un niño sin vacunar, te tiras de los pelos. Es más, la Junta de Castilla y León ya ha metido la vacuna en los centros para este 2016. ¿Por qué no hacerlo?

Entonces, no es tan benigna como se cree.

La varicela es muy molesta por la fiebre y el picor, pero el problema está en los efectos secundarios, que son mucho más frecuentes de lo que se pueda pensar. Y se pueden evitar.

Pero parece que todo se hace a golpe de desgracia. En este caso, tras la muerte de una niña en el Condado de Treviño. ¿No se genera una alarma excesiva en torno a las vacunas?

Sí, y yo creo que es importante que nosotros tranquilicemos a la población y digamos lo que hay. Por ejemplo, con la vacuna de la meningitis B, ahora tan de moda...

Sí, era la siguiente pregunta.

Pues la contesto ya. En este momento no hay vacuna contra el menigococo B en las farmacias, pero gracias a que tenemos contra el  C, el A, el X, el V, el neumococo o el haemophilus influenzae, la incidencia de meningitis se ha reducido mucho. Las graves, ahora, o son por gérmenes no conocidos o por el menigococo B, que es muy infrecuente pero grave.

Así que ahora que tenemos la vacuna para evitarlo pero hay desabastecimiento en las farmacias, tenemos que tranquilizar y hacer ver que no estamos en epidemia y, por lo tanto, la meningitis por meningococo es muy infrecuente. En Burgos, igual hablamos de una al año y la mortalidad descrita está entre el 10% y el 14%. Y al hecho de que es excepcional hay que añadir que tenemos antibióticos contra el menigococo y en cuanto se diagnostica, se aplican. Y como se vio en Burgos hace unas semanas en un caso sin confirmar, Sanidad activa un protocolo concreto. Mientras no haya epidemia, hay que estar tranquilos.

Pero, ¿es frecuente la epidemia por meningitis?

Cuando no existía la vacuna contra el meningococo ni el neumococo o el haemophilus influenzae, igual teníamos 30 casos de meningitis en Burgos. Y era bastante frecuente.

Siendo una de las enfermedades que más alarma genera y cuya vacuna tiene un precio elevado en las farmacias, ¿no habría que incluirla en el calendario?

No hay ninguna duda de que debe entrar. La Asociación Española de Pediatría lo recomienda y en Gran Bretaña y otros países ya está metida. Algún día entrará, pero hay escasez y es muy cara, claro. Hay que priorizar.

Un argumento contra esta vacuna es que el uso ambulatorio es tan reciente que apenas hay datos acerca de las consecuencias a largo plazo.

Los estudios que hay ahora hablan de entre 7.000 y 8.000 individuos vacunados y otros tantos no inmunizados. Se han analizado los efectos secundarios y se ha visto que son leves y escasos hasta ahora. El ibuprofeno lo conocemos desde hace diez años, ¿quién me dice que cuando tenga 50 años no va a repercutir en una degeneración neurológica? La medicina es así. Y lleva poco tiempo en el mercado, pero en uso hospitalario e investigaciones lleva más. Por eso la ha aprobado la Agencia Europea del Medicamento y también la americana.

La tosferina ha sido otra de las enfermedades en boga en estos meses. ¿Cómo valora la decisión de retrasar la dosis de recuerdo a los 6 años para priorizar a las embarazadas y lactantes? ¿Tiene consecuencias en los niños retrasar el recuerdo?

El incremento de la tosferina en lactantes ha provocado que se vacune a las embarazadas, pero el retraso de la dosis de recuerdo es provisional. No importa y, además, la tosferina es grave en los lactantes. A los 6 o 7 años no lo es tanto.

La muerte de un niño por difteria no vacunado generó un encendido debate acerca de las fuentes de la que disponen los progenitores para tomar esta decisión. ¿Hay información suficientemente clara acerca de por qué sí o por qué no vacunar?

No, yo creo que la mayoría hace lo que dice el pediatra. Quienes  no vacunan sí están informados, porque se oponen a la corriente general pero al mismo tiempo se benefician de ella porque la incidencia de las enfermedades es menor.

En este caso fue difteria, pero habrá otras. ¿Hasta qué punto se puede dejar sobre los padres o tutores una decisión sobre un tercero que puede ser vital?

Es un tema muy difícil, desde el punto de vista ético y también legal. La libertad individual es importante y en este momento el calendario no es obligatorio, es aconsejable.