Desde meses antes que el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, cumpliera 75 años, la edad de la jubilación -lo hizo el pasado día 2- se viene especulando sobre quién será su sucesor. Primero, prácticamente se daba por hecho que esta responsabilidad iba a caer sobre Fidel Herráez, quien fue durante años auxiliar de Rouco Varela en Madrid. Meses después, apareció el nombre de Juan del Río, actual obispo castrense, como el segundo candidato. Todo ello sin que ninguna fuente oficial confirmara ni desmintiera ningún supuesto, como es habitual.

Ahora se suma un nuevo aspirante a esta singular ‘terna’. El medio on line Religión Digital afirmaba ayer que el sustituto de Gil Hellín será Casimiro López Llorente, actual obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, nombramiento que recibió en el año 2006.

López Llorente nació en el Burgo de Osma (Soria) el 10 de noviembre de 1950. En el seminario de la localidad cursó estudios clásicos y filosofía y fue ordenado sacerdote en su catedral el 6 de abril de 1975. Dos años antes había obtenido la licenciatura en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y en 1979, la de Derecho Canónico en el Kanonistisches Institut de la Ludwig-Maximilians Universität de Munich (Alemania).

Ha sido profesor de Teología Dogmática, Moral y Derecho Canónico en el seminario; promotor de Justicia y Defensor del Vínculo y, en la diócesis de Osma-Soria,vicario general, administrador, vicario general, vicario judicial, delegado episcopal de Ecumenismo. y encargado de los Museos y del Patrimonio Artístico de la catedral.

 El 2 de febrero de 2001 fue nombrado obispo de Zamora y el 25 de abril de 2006, de Segorbe-Castellon. En la Conferencia Episcopal es miembro de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos y Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.