No harán falta cartas, ni plataformas, ni llamamientos públicos, ni más reuniones. Al menos de momento. El Ministerio de Fomento ha tardado poco en reaccionar a las peticiones, veladas o directas, de varias administraciones y políticos locales, y en 48 horas ha decidido dar marcha atrás a sus planes iniciales de finalizar el tendido de la vía de alta velocidad a 15 kilómetros al sur de la capital.

El secretario general de Infraestructuras, Manuel Niño, anunció ayer a los senadores del PP por la provincia que «la vía acabará en la estación Rosa de Lima» y que el cambiador de ancho, previsto en un principio en Quintanilleja, se colocará unos metros más al norte de la terminal de pasajeros de Burgos, tal y como informaba a mediodía de ayer el portavoz de la Comisión de Fomento en la Cámara Baja, Jaime Mateu.

La rectificación, confirmada después por fuentes oficiales de ADIF, pone fin por ahora a la preocupación despertada el domingo cuando este periódico publicó los planes del Administrador de Infraestructuras para ejecutar un AVE ‘a medias’.

El cambiador de vía era necesario para garantizar la continuidad de los trenes de ancho variable (tipo Alvia) hacia el norte mientras se decide qué hacer con el Burgos-Vitoria, pero la decisión de ubicarlo en Quintanilleja penalizaba a la capital de dos formas: por un lado, impediría la llegada de trenes ‘puros’ de alta velocidad como los AVE o Avant; por otro, traía consigo una demora en los tiempos de viaje porque el paso por un cambiador exige una reducción drástica de la velocidad que sería imposible de recuperar en los escasos 15 kilómetros hasta la estación Rosa de Lima.

Tras conocer los planes de Fomento, el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, anunció movilizaciones. «Removeremos Roma con Santiago», decía el regidor. Un día antes, la Subdelegación del Gobierno admitían que sería más operativo trasladar el cambiador de ancho pasada la terminal capitalina. Un ‘abordaje’ a la ministra en el pasillo del Senado el martes sirvió para convocar el encuentro de ayer, y tras esa reunión de unos 45 minutos de duración el senador burgalés anunciaba el arreglo.

«Lo que hace el Gobierno de España es adelantarse a la construcción del futuro tramo hasta Vitoria. Inicialmente se había previsto en Quintanilleja por una cuestión de racionalización de gasto, pero ahora los intereses de los burgaleses quedarán mejor cubiertos», explicaba Mateu.

La noticia, en todo caso, deberá concretarse en las próximas semanas, pues se trata todavía de una declaración de intenciones. Y ahí entrará en juego la búsqueda de la mejor solución técnica, pues habrá que hacer pequeñas adaptaciones en la variante ferroviaria y en Rosa de Lima.