El Museo Thyssen- Bornemisza presenta hasta el próximo 15 de octubre una amplia exposición proveniente de la colección del Juan Antonio Pérez Simón, en la que se puede disfrutar de las obras de los artistas más emblemáticos de la pintura inglesa del siglo XIX. Lawrence Alma-Tadema, Frederic Leighton, Edwars Coley Burne-Jones, Albert J. Moore O John William Waterhouse son algunos de los nombres que se pueden contemplar en esta muestra como herederos de los prerrafaelistas en contraposición de las actitudes moralizantes de la época.

Sus características fundamentales son la vuelta a la antigüedad clásica, el culto a la belleza femenina y la búsqueda de la armonía visual en decorados suntuosos y con referencias a temas medievales griegos o romanos. La muestra ya ha pasado por París y Roma y, tras su paso por Madrid, viajará a Londres.

Pérez Simón ha mostrado un interés especial por la pintura victoriana recopilando una extensa colección. En ella hay obras tan emblemáticas como Muchachas Griegas recogiendo guijarros a la orilla del mar, de Leighton, El cuarteto, Tributo del pintor al arte de la música, de Moore, Andrómeda, de Poynter, La bola de cristal, de Waterhouse o Las Rosas de Heliogábalo, de Alma- Tadema. Este último artista es el eje vertebrador y pilar central de la muestra con un total de 13 obras expuestas.

El período cronológico que abarca la retrospectiva va entre 1860, con la disolución del movimiento prerrafaelista, hasta el inicio de la primera guerra mundial que cambiaría el gusto británico y el inicio de la modernidad. Las piezas se presentan en las salas organizadas temáticamente: Eclecticismo de una época, Belleza ideal, Belleza clásica, Alma- Tadema, Entre reconstrucción histórica y ensueño, El rostro, Espejo de la belleza, Del prerrafaelismo al simbolismo y Entre tradición y modernidad.

Bajo estos epígrafes lo que se ve es una vuelta hacia la Antigüedad clásica con escenografía teatral recreando historias grecorromanas, pero también de la tradición medieval o artúrica.

belleza femenina. Otra constante que se puede ver es la loa a la belleza femenina. Las mujeres se convierten en cánones de perfección y en heroínas. Ese culto a la fémina les conduce hacia el onirismo y la magia del simbolismo que se ve por toda la Europa.

Lawrence Alma- Tadema, al que se le dedica la sala central de la exposición, se caracteriza por su estudio y gusto por la antigüedad y lo fiel que intenta representarla en sus lienzos. Tal es así que iba a museos y yacimientos arqueológicos para documentarse. Asimismo, destaca por su admirable trato de las texturas, flores y materiales como el hierro, la cerámica o el mármol, no en vano en la época se le conocía como the marbelous painter, haciendo un juego de palabras entre maravilloso y marmoleo.

Todo ello se aprecia en el lienzo Las rosas de heliogábalo, obra en la que centra y sobre la que pivota la sala y que muestra, en un entorno teatral, el episodio en el que el emperador asfixia a sus invitados bajo una lluvia de pétalos de rosas volcadas desde lo alto de unas lonas.

Con esta exposición se pretende también que el visitante se introduzca en una época concreta del arte británico donde la actividad de coleccionistas y marchantes animaban el mercado del arte.

La Royal Academy de Londres, bajo las direcciones de Leighton, Everett Millais o Edward John Poynter, se encontraba en un momento de máximo esplendor en este sentido. Celebraba dos muestras al año de forma que los artistas podían promocionarse profesionalmente.

Muchas de las obras que ahora forman parte de la colección Pérez Simón estuvieron en manos de empresarios del Reino Unido, que adquirirían sus composiciones de los propios artistas aprovechando esta facilidad para el encuentro propiciado por esta nueva forma de comercio del arte.

La muestra es un paseo por la pintura inspirada en los cánones más clásicos y un acercamiento a este movimiento tan olvidado.