La Comisión para la Protección de los Menores y los Vulnerables de la Iglesia Católica anunció ayer que está preparando una serie de seminarios para «educar» a la cúpula de la Iglesia, la Curia romana, sobre la cuestión de los abusos sexuales a menores de edad. 

«Estamos trabajando en diferentes seminarios para instruir a la dirección de la Iglesia en el área de la protección de la infancia. Esperamos que puedan acogerse a estos programas los miembros de la Curia romana y los obispos de nuevo nombramiento que vengan a Roma desde todo el mundo», indicó el presidente de la comisión, el cardenal de Boston, Sean O’Malley. 

El prelado explicó desde el Vaticano que la comisión ha solicitado, además, que cada uno de los órganos de Gobierno de los diferentes países católicos nombren a un interlocutor que se encargue de las relaciones con la comisión. «Trabajaremos con la Congregación de la Doctrina de la Fe para sugerir buenas prácticas, en particular a las conferencias que tengan más dificultades», indicó O’Malley. 

Asimismo, la organización creó una serie de grupos de trabajo para recabar los conocimientos de expertos en esta materia, «individuos que no son miembros, pero que pueden proporcionarnos una ayuda muy valiosa». «Tenemos un grupo de trabajo que se ha encargado de contactar con los supervivientes para que aporten a nuestra labor con su participación, en particular en lo referente a la cuestión de la prevención y las directrices», señaló. 

O’Malley anunció también un endurecimiento de la normativa existente sobre aportaciones económicas a la Iglesia. «Hemos pedido a las organizaciones católicas de financiación que incluyan una serie de condiciones en sus normativas sobre aportaciones», explicó. 

Destacó con contundencia que «es necesario que haya consecuencias» si se conoce la existencia de estos casos y subrayó que la Iglesia tiene que disponer de «procedimientos para poder actuar en ellos».

Por último, el cardenal anunció la instauración de un Día de Oración por las víctimas de los abusos sexuales. «Estamos trabajando para que el templo sea un lugar seguro para traer a niños», apostilló. 

Éstas son algunas de las medidas que podrá en marcha la comisión y que resaltan la «responsabilidad» de la Iglesia católica «por trabajar en la sanación espiritual» y por «concienciar a la comunidad católica acerca de la lacra que suponen los abusos a menores».