A menos de 24 horas del inicio de los Carnavales se planteó ayer una inusitada polémica en la ciudad, sin duda fruto de la herencia envenenada que muchos altos cargos del Partido Popular inmersos en casos de corrupción están dejando a todos los políticos. La concejala de Servicios Sociales, Ana Lopidana, aseguró que acudirá a los tribunales, y que cuenta para ello con el apoyo del alcalde, Javier Lacalle, y con el del presidente de su partido, César Rico, si  la Peña Recreativa Castellana no retira una chirigota de las  que ha preparado para mofarse de la actualidad como suele ser habitual en las fiestas carnestolendas.

La frase en cuestión, incluida en el tema El Colocao (que debe cantarse con la música de la canción publicitaria de un famoso cacao en polvo) dice asi: «Lopidana adjudica todo a una empresa que encima es suya para mayor sorpresa». La concejala se mostró absolutamente indignada puesto que cree que atenta directamente contra su honorabilidad porque desde que fue elegida concejala  su empresa no ha realizado trabajo alguno para el Ayuntamiento, «lo que es demostrable documentalmente», indicó a este periódico.

Tal fue su indignación que a media mañana de ayer se reunieron en el Ayuntamiento los responsables jurídicos del mismo con el presidente de la Peña Recreativa Castellana, Pablo Ruiz de Mencía, y otro de sus socios, letrado de profesión. De este encuentro hubo un compromiso por parte de la peña de que por la tarde se abordaría el asunto con el resto de los componentes de la comparsa.

Ruiz de Mencía reconoció a este periódico que se ha cometido una equivocación  adjudicando a Ana Lopidana una corruptela aunque destacó el carácter corrosivo   del Carnaval: «En esta época vale casi todo pero sé que con la alusión a la concejala de Servicios Sociales hemos disgustado a mucha gente. Espero que acertemos con la solución que tomemos». A última hora de ayer valoraban la posibilidad de aclarar la situación en un comunicado aunque ya se han repartido 1.000 de los 4.000 folletos con la copla de marras. En estas hojas no se libran de duras críticas otros ediles como Ángel Ibáñez, Santiago González o el dimitido por el escándalo del gasto telefónico Eduardo Villanueva, que, curiosamente, se va bastante de rositas. Pero no consta que ninguno de ellos haya protestado.