Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social

DB
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El dirigente burgalés ya ocupó el cargo durante el Gobierno de Zapatero entre 2004 y 2011

Octavio Granado volverá a ser secretario de Estado de la Seguridad Social. El dirigente burgalés de 59 años ocupará un cargo que ya desempeñó durante todo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre 2004 y 2011. Según El País, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, llevará los nombramientos de su nuevo equipo el viernes al Consejo de Ministros. 

Granado (Burgos, abril de 1959) es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid. Obtuvo su plaza en la enseñanza pública en el Instituto Félix Rodríguez de la Fuente, ocupación a la que no dudó en regresar cuando el PSOE regional encabezado por Ángel Villalba le arrebató, por aquello de las jerarquías, su escaño de senador en el año 2001.

Es ugetista oficial desde la mayoría de edad e hijo del histórico Esteban Granado, siendo el acta de concejal del Ayuntamiento de Burgos su primera ocupación política. Allí permaneció entre el 81 y el 82 y entre el 83 y el 87, pero donde comenzó a despuntar fue en las Cortes de Castilla y León, donde tuvo escaño en las cinco primeras legislaturas (1983-2003). En ese periodo, y salvo por la mencionada 'jugada' de Villalba, compatibilizó la actividad regional con su presencia en el Senado (1983-2001).

En la Cámara Alta se granjeó el respeto de propios y ajenos y se ganó la simpatía de la prensa especializada, que siempre le colocó entre lo mejor del hemiciclo. Ejerció la portavocía de su Partido en las Comisiones de Hacienda, Economía y Presupuestos, adquiriendo amplios conocimientos que le valieron para ser llamado por Zapatero (más correcto sería decir que por el exministro Jesús Caldera) para ocupar la Secretaría de Estado, donde continuó tras ser elegido congresista como número uno de la lista del PSOE en el año 2008. Se mantuvo en el cargo hasta el 2011.

Ha publicado numerosos textos sobre cuestiones educativas y sociales. De su talla humana da buena cuenta la relación que ha mantenido con sus adversarios políticos. El que fuera alcalde de Burgos y otrora ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, le nombró pregonero de los Sampedros 2010 y entre ambos media un sincero respeto.

Su regreso al Ministerio, adelantado por El País, se produce en un momento en el que la Seguridad Social presenta un déficit de 18.000 millones de euros y en el que el Fondo de Reserva cuenta con unos 8.000 millones de euros, cantidad inferior a lo que le cuesta al sistema pagar una nómina mensual. 
El nuevo secretario de Estado tendrá que conseguir también traducir a acuerdos los consensos que alcance el Pacto de Toledo, sobre la revalorización de las pensiones y el equilibrio del sistema.