«Los que se quedan lo van a hacer muy bien»

B.G.R. / Burgos
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El próximo mes de febrero dirá adiós a las aulas después de más de cuatro décadas de docencia. Lo hará sabiendo que echará de menos el contacto con los alumnos, algo que considera muy «enriquecedor», pero convencido de que no se aburrirá porque aún le quedan «muchas cosas por hacer» y con la enorme satisfacción de saber la «buena» labor que seguirán realizando sus compañeros de la UBU.
Profesor titular de Historia Contemporánea, Federico Sanz comenzó su carrera como ayudante en la Universidad de Valladolid, donde cursó los estudios superiores de Geografía e Historia. Fue en el curso 1972-1973 cuando con 26 años recaló como docente en el antiguo Colegio Universitario Adscrito (CUA). «Vinimos un grupo de profesores muy jóvenes, con otra mentalidad y una contestación política pero desde la academia», recuerda el docente en referencia a aquellos años del último franquismo.
Nada tiene que ver el momento en el que comenzó su carrera con los tiempos actuales, principalmente por el hecho de la «nueva realidad institucional» que supuso la creación de la UBU en 1994, desligándose definitivamente de Valladolid y asumiendo «capacidad de iniciativa y decisión». Un hecho al que contribuyó de forma decidida desde su posición como diputado socialista durante los gobiernos de Felipe González (de 1982 a 1996), lo que supuso un parón en la docencia. 
Sanz volvió con ganas a la enseñanza y la investigación, a sus clases en la Facultad de Humanidades, aunque a su regreso el mundo de la letras ya había perdido peso tras varios años de un gran boom al generalizarse las enseñanzas medias y crecer la demanda de profesorado para estos estudios. «Ya no existía esa preocupación social por el conocimiento de la historia sino por las carreras científicas y técnicas », explica desde su despacho.
Ha vivido en primera persona el rejuvenecimiento de la plantilla docente pero también el parón sufrido desde 2012 por la tasa de reposición y que ha hecho que haya un buen número de profesores «muy bien preparados» pero que «no pueden acceder a las plazas para las que están acreditados»: «Hoy en día el ascenso en la carrera docente está congelado». 
 
proyectos personales. A sus 69 años, Sanz ve su nueva etapa de la vida con optimismo y entusiasmo por las muchas cosas que le quedan por hacer. «Quiero seguir ampliando mi materia, leer todo aquello que no me ha dado tiempo y ampliar conocimientos en campos como el de la sociedad actual y las relaciones internacionales», asegura a la hora de detallar alguno de sus proyectos personales, donde también incluye su afición a la música. Se va satisfecho y desde su experiencia aconseja a los nuevos profesores que aprovechen «todas las oportunidades» que brinda la Universidad con la tranquilidad de estar convencido de que «los que se quedan lo van a hacer muy bien».