A Oña todos los veranos

Marta Fernández / Burgos
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Los bilbaínos Francisco, Mariluz y Ángela huyen de la capital vizcaína y eligen la localidad burgalesa cada año para disfrutar de la tranquilidad y ocio campestres que les ofrece la zona

Ángela, Francisco y Mariluz subiendo la calle en la que poseen la casa donde residen durante su estancia en Oña. - Foto: Patricia

Los pueblos del interior también son el destino de aquellas familias que huyen de las ciudades. Es el caso de Mariluz, Francisco y Ángela, quienes cada verano pasan días alternos en la localidad burgalesa de Oña. Residen en Bilbao, por lo que su cita todos los veranos en la localidad burgalesa es imprescindible. «Nos encanta el pueblo, es acogedor y nuestra estancia aquí no falla», comenta Mariluz. Ángela, su hija, afirma que no concibe un verano sin pasarlo en el pueblo por lo que reniega cuando la familia decide realizar algún plan alternativo. No obstante, siempre reservan unos días a finales de junio para pasarlos en la playa.

Su principal objetivo en sus vacaciones en el pueblo es buscar la  paz que les ofrece la naturaleza y el ambiente de Oña. «Es un pueblo tranquilo y a la vez puedes ocupar tu tiempo con todo tipo de actividades», declara la familia. Francisco madruga y dedica sus mañanas al deporte, rutas por el monte, bicicleta o footing. Además, la villa cuenta con un gimnasio en el que el padre de la familia es habitual cada mañana. Por otro lado, ellas optan por acudir todas las mañanas de sol a la piscina, para después volver a casa a comer y relajarse con una pequeña siesta. Poseen la casa de un familiar, que restauraron para poder disfrutar. Las tardes las ocupan con paseos por el pueblo y citas con amigos que también veranean en él. «El haber acudido a Oña cada verano nos ha permitido mantener muchas amistades que retomamos todos los estíos».

Como plan alternativo, para ellos también es habitual visitar Burgos y otros pueblos de alrededor como Poza, Frías o Briviesca. Pese a esto, Oña es un pueblo que atrae a gente de otros de alrededor, sobre todo los días de sol, cuando se aprovecha para ir a la piscina.

El 26 de agosto comienzan las fiestas, en las que Ángela es habitual en una de las peñas que organizan actividades para disfrutar del pueblo y del ambiente que se crea esos días. Además, la familia afirma que durante los fines de semana se nota más ambiente, sobre todo por las noches. La localidad  cuenta con bares y restaurantes que permiten disfrutar de productos típicos de la zona y un ambiente cómodo y familiar para todos los que se relajan en ella. «Salir a comprar el pan te puede llevar una hora, porque todos nos conocemos y nos paramos a charlar», comenta Francisco.

Actor y actriz

Por cuestiones de trabajo la estancia de la familia es alterna durante los días de julio y agosto. Pero Ángela es permanente en el pueblo. Esto le da la oportunidad de formar parte del elenco de actores y actrices de El Cronicón de Oña, una representación medieval que gira alrededor de la fundación del Monasterio de San Salvador en el año 1011. Ya han comenzado los ensayos, que ocupan la mayor parte de las tarde y este año Francisco también podrá formar parte de la representación.