Licenciado en Económicas, también cursó el Programa de Dirección General (PDG) del IESE de la Universidad de Navarra. Preside el Colegio de Economistas desde mayo de 2004 y ahora el colectivo está inmerso en un proceso de fusión. De hecho, hace unos días presentaron en la Junta una iniciativa parlamentaria para que a través de la promulgación de una ley se cree el Colegio Profesional de Economistas de Burgos, que integre a titulados mercantiles, diplomados en Empresariales, licenciados y graduados de cualquier rama económica.  Una vez hecha la integración, será el momento de convocar elecciones.

A mediados de este mes está previsto que el Colegio de Economistas presente su tradicional informe anual de la economía provincial. Su presidente, Carlos Alonso de Linaje avanza algunas pinceladas de lo que ha sido 2014 y mira al año que acaba de empezar.

Este año va a cumplir una década al frente del Colegio de Economistas. En este periodo la situación económica ha cambiado sustancialmente, algo impensable cuando asumió las riendas del colectivo...

Era completamente imprevisible. En aquel momento estábamos empezando una etapa de crecimiento importante, habíamos salido de la crisis 90 y el futuro era halagüeño, de trabajo. La situación no era previsible ni tampoco comparable a otras.

¿Realmente se está viendo la luz al final del túnel, como se apunta desde algunos sectores?

En estos momentos hay datos macroeconómicos que dicen que la situación no está empeorando y está mejorando. Hay dos datos indiscutibles. El primero, la prima de riesgo, el dinero que nos cuesta endeudarnos; y estamos en cotas insospechadas. Hemos llegado a estar en el 6%, los 600 puntos básicos que tanto le gusta decir a la televisión, y en estos momentos estamos en algo más del 1%. Esto quiere decir que tenemos más dinero disponible;todo lo que no dedicamos a pagar intereses, lo podemos dedicar a hacer economía social, que es el fundamento que tiene el Estado de Bienestar en el que estamos. Y otro de los datos clave es que el petróleo ha bajado. Esto no es porque nosotros lo hayamos hecho muy bien, sino por el entorno geopolítico en el que nos encontramos, pero hay que pensar que si el petróleo ha bajado un 40% la factura energética española va a bajar, lo cual va a liberar muchos fondos para, por ejemplo, devolver deuda y ello supondrá menos carga financiera.

Efectivamente son datos macroeconómicos, pero lo cierto es que el nivel desempleo sigue siendo muy alto.

La recuperación sólo tiene una cara y es la recuperación del empleo. Mientras no tengamos niveles de rentas la mayor parte de la población, será imposible pensar en crecimientos sostenidos. Sólo con exportación y con otro tipo de ayudas no vamos a poder tener un crecimiento sostenido a largo plazo. Si no hay creación de riqueza interna, sólo con demanda externa no vamos a ver que la recuperación sea real y eficaz desde el punto de vista social.

¿En 2015 podemos ser optimistas en cuanto a creación de empleo?

Hay unas condiciones necesarias y otras suficientes. El crecimiento macro, el tener un equilibrio o estar cerca del equilibrio en las cuentas públicas, es una necesidad pero no es suficiente. ¿Qué es necesario y suficiente?Tendríamos que tener un desarrollo de la economía interna, lo que se llama ‘demanda interna y formación bruta de capital’, que nos permita  conseguir desarrollo económico y  dar trabajo a todas las personas. 2014 ha sido un buen año, no sólo porque ha habido una balanza exterior buena, sino porque se ha empezado a recuperar el consumo. Y ésta es la fuente del desarrollo económico. Para que haya más demanda interna, tiene que haber más personas trabajando y cuantas más personas haya trabajando, más se moverá la economía y antes saldremos de la crisis.

¿Entonces todo apunta a que se creará empleo?

Hay que pensar que España no es homogénea. Hay zonas en las que en este momento el incremento de la actividad es notable  y se nota ya a nivel social y en cuanto al crecimiento del empleo, pero hay otras en las que todavía la situación lleva retraso.

¿Cuál es el caso de Burgos?

Burgos entró dos años tarde en recesión;los dos primeros no voy a decir que no se notó -porque la crisis tiene nombres y apellidos- pero de forma general en 2008 y 2009 la evolución económica no fue tan demoledora como en otras zonas de España. Yen estos momentos es probable que tardemos algo más en salir de la crisis. Hay que pensar también en todo el tejido industrial y empresarial que se ha destruido. En los dos últimos años hemos visto cómo muchas de nuestras empresas, por desgracia, han tenido que cerrar, y generar tejido empresarial cuesta mucho.Hay que pensar que el peso de la industria en la provincia de Burgos es muy alto. Cerrar una industria cuesta muy poco y arrancar una industria cuesta años. De hecho, estamos muy por encima del peso en actividad industrial de la media regional y nacional. Es más, estamos por encima de lo que recomienda Europa:que el peso de la industria esté por encima del 20%. España está en torno al 16%, Castilla y León en torno al 20 y Burgos hacia el 29 del peso del PIBde la industria.

¿Volveremos a conocer el sector de la construcción tal y como era antes de la crisis?

No, porque si lo volviésemos a conocer volveríamos a estar en la misma situación. Se estaban fabricando muchos más pisos que la demanda natural española. Conoceremos un sector de la construcción fuerte porque todas las economías desarrolladas en crecimiento tienen sectores de la construcción con un peso que es el que le corresponde, pero no que se edifiquen diez veces más pisos que la demanda natural tiene ni en Castilla y León, que no se produjo, ni en Levante. No tiene ningún sentido. Hay que pensar también que en un momento determinado era un buen país para     invertir y especular con la construcción, pero no sólo para los españoles, sino también para operadores extranjeros.

¿Qué otros sectores pueden tener ahora cierto margen de desarrollo?

Todos en los que seamos capaces de vender. Si pensamos en el desarrollo internacional que tienen Italia o Francia, vemos que la principal diferencia es comercial. Hace unos diez años estuve en Varsovia en un viaje de negocios y me sorprendí porque todos los ascensores eran italianos. No había ninguno español. Delegaciones comerciales de empresas italianas y alemanas, cientos, y, sin embargo, empresas españolas no habían ido. ¿Hacemos peor las cosas o hacemos menos cosas?  No, tenemos mucha menos vocación comercial. Cuando tengamos vocación comercial estoy convencido de que tendremos el mismo éxito o más porque las empresas españolas son excepcionales. 

Las exportaciones y el turismo se anunciaron a principios de 2014 como los motores de la economía burgalesa. ¿Ha sido así?

La economía es complementaria en todos sus sectores. Cuando se habla de Burgos ciudad industrial es así -estamos más de diez puntos por encima del peso de la industria en la economía- aunque también es verdad que en los últimos años hemos perdido dos puntos de peso del PIB industrial. Y lo han ganado los servicios. Pero hay que pensar que Burgos tiene que tener una economía equilibrada. Si no somos atractivos para vivir tampoco lo seremos para traer industrias porque no seremos atractivos para tener mandos intermedios o directivos; si no tenemos una educación importante, no generaremos valor en el conocimiento; si no tenemos un turismo consolidado y un turismo de experiencia nos conocerán menos porque al final una de las buenas formas de conocernos es venir a hacer cosas con nosotros. Cuanto más venga la gente y más a gusto se encuentre con nosotros, más posibilidades tendremos de montar empresas en Burgos. Por lo tanto, creo que los sectores económicos en la provincia de Burgos no deben competir entre ellos, sino cooperar. Pensar que lo que se hace en turismo es en detrimento de la industria, es un concepto erróneo. Lo que tenemos que hacer es buscar el desarrollo armónico entre todos. Tenemos turismo de naturaleza, de caza, monumental, de experiencia, verde... Tenemos el Camino de Santiago, Las Huelgas y la Cartuja... Somos privilegiados, al igual que en el ámbito industrial, y todo es complementario, no competitivo. También tenemos una Universidad fantástica que puede atraer a muchísimos estudiantes de castellano, a Erasmus... Hay muchos mimbres para hacer la ciudad que todos deseamos.

Mencionaba que se ha perdido peso industrial. ¿Cree que en la puesta a disposición de suelo industrial, por ejemplo, se ha llegado tarde?

No. Creo que Burgos tiene un hándicap y es que estamos en una  región con nueve provincias, las competencias industriales las tiene la comunidad autónoma y estamos rodeados por autonomías uniprovinciales: Asturias, Cantabria, Álava, La Rioja y Madrid. Ellos tienen las competencias para su capital o sus capitales y nosotros  no sólo es que estemos rodeados por comunidades uniprovinciales sino que además lindamos con la capital de la comunidad autónoma. Mientras esto no se tenga en cuenta por parte de nuestros políticos y se hagan políticas activas de posicionamiento industrial para la ciudad de Burgos, el resultado que tendremos no es el que todos deseamos. Y pensar que el desarrollo industrial en la comunidad autónoma ha de ser armónico... O sea, que hasta que Zamora no tenga un peso del 29% del PIB en industria no hay que potenciar la industria de Burgos... Esto no determinará más que aquellas oportunidades industriales acabarán en La Rioja o en Cantabria antes que en la provincia de Burgos o en Castilla y León. Pero esto no está en nuestra mano. Creo que tiene que haber un acuerdo y una voluntad política clara de seguir apostando por el desarrollo industrial de Burgos porque será bueno para el desarrollo industrial de Castilla y León. Igual que nosotros no podemos competir en muchos aspectos con la Universidad de Salamanca y sería un absurdo que estuviésemos pegándonos en algo en lo que ellos tienen una capacidad de competitividad mucho más alta que nosotros, entiendo que esa singularidad se le debe reconocer a Burgos. Porque además no sólo hablamos de la capital, sino también de la provincia:en Aranda, Briviesca... En Miranda tenemos una central nuclear que, aunque de momento no está arrancada, es singular y es un motor económico para Burgos y para Castilla y León. Somos singulares desde el punto de vista industrial y tenemos una capacidad y un potencial que si no explotamos, otros lo aprovecharán.  

A propósito de Garoña, en el Informe de la Economía Provincial que presentaron sobre 2013 , aseguraron que el parón de la central «lastraba» el PIB de Burgos a una caída cercana al 1%. ¿Se mantiene esa tendencia?

Sí, en la misma tendencia. Hay que pensar que ahora mismo sigue habiendo actividad, pero ésta no se transforma en producción de energía eléctrica. Al final, no hay facturación exterior y lo único que hay son unas labores de mantenimiento que, esperemos, que  acaben finalizando con la reapertura y se siga produciendo energía eléctrica en la provincia de Burgos  de origen nuclear.

¿Qué peso puede tener en el balance económico de este año el incendio de Campofrío?

No lo puedo decir porque se ha producido a final del año, en noviembre. Lo que está claro es que si Campofrío no hubiese decidido volver a invertir en la provincia, no voy a decir que estaríamos tocados de muerte, pero desde luego  para la provincia sería un mazazo  y para toda la industria agroalimentaria de la provincia, difícil de recuperar. Yo creo que habría un antes y un después del incendio de Campofrío, aún sabiendo que se han mantenido otras dos plantas:Carnes Selectas y los secadores de jamones. Pero el buque insignia era éste y sería insustituible. Digo lo mismo que Garoña:a una central nuclear sólo le puede sustituir otra central nuclear. Las centrales nucleares no son cíclicas como la economía ni son deslocalizables; tienen una serie de características que las hacen únicas. La industria agroalimentaria también es menos cíclica que el resto de las industrias, la cualificación obtenida por las personas que están en la planta es fundamental y sería muy difícil que esa mano de obra se pudiera absorber por otras iniciativas semejantes.

Por tanto, tras la tristeza inicial que conllevó el incendio, hay un gran motivo de celebración por el hecho de que se vaya a reconstruir la planta en Burgos.

Sí, no sólo es la garantía de reconstrucción, sino que además vamos a tener la planta más moderna. Eso siempre va a focalizar el desarrollo de esa actividad en la provincia. También es verdad que vamos a tener un año y medio de vacío y eso es importante. Hay que pensar que es una empresa de la que dependen casi 2.00o trabajadores entre puestos directos e indirectos... Y hay un agujero.

¿Qué cree que la sociedad ha aprendido de la crisis?

Creo que hay dos elementos clave. El primero está vinculado a la fábula de la cigarra y la hormiga.Uno debe ser consciente de que hay épocas buenas y malas y   tomar medidas para cuando vienen las épocas malas. La cultura del esfuerzo es necesaria y es buena. El segundo elemento es que los políticos han de estar lejos de la iniciativa privada. Si los políticos nunca hubiesen estado en las entidades financieras, esto posiblemente no hubiera ocurrido.

¿Qué ‘culpa’ tiene la corrupción en todo lo que estamos pasando en estos años?

La corrupción no tiene mucho que ver con la crisis ni con las épocas de bonanza. De hecho, por desgracia, hemos visto que parte de los últimos casos de corrupción se han dado y esas personas se han lucrado en la época de crisis más dura para la sociedad. Yha habido gente sin escrúpulos que ha estado haciendo caja en un momento en el que todo el mundo estaba pasándolo mal. Creo que la corrupción está más vinculada con los perfiles personales de quienes ostentan poder, que no autoridad, que con la época económica.

Pero quizá ahora el daño es aún mayor a la sociedad porque está más sensibilizada y la reacción es de tolerancia cero.

Yo creo que ahora se conoce más porque existir ha existido siempre. Ahora duele mucho más porque la situación que se está viviendo es de restricciones. Pero insisto:la corrupción está muy vinculada al perfil de las personas. Es la crisis de valores. Cuando todo vale, todo vale. Y gran parte de las personas que han tenido mucha responsabilidad en las empresas que nos han influido en que la crisis fuese más dura en estos momentos, lejos de salir escarmentados, han salido bonificados.

La automoción, gracias en parte a los planes impulsados por el Gobierno, está cosechando resultados positivos...

 Es un sector que tiene dos patas. La primera, la fabricación, la producción, que no tiene que ver con la demanda interna española, sino con la demanda global. Y en la medida en que hay demanda de los modelos que se fabrican en España, las empresas españolas están yendo fabulosamente. Ahí los datos que nos dan son buenos y la industria del automóvil ha llegado a tener más del 25% del peso de la exportación española. Yla segunda pata es la demanda interna, los coches que se consumen. Hay un equilibrio entre lo que se fabrica en la Península Ibérica, España y Portugal, y lo que se consume. Y un buen dato en cuanto a las matriculaciones es que si éstas se incrementan, es porque hay cierta confianza en la economía. Es decir, cuando uno tiene mucha incertidumbre, la decisión de inversión es cero. Por tanto, es un indicador de la evolución económica. Cuando uno cambia de coche es que su expectativa a corto o a medio plazo es buena. Y la iniciativa en este sentido del Gobierno es buena porque incluso el saldo neto, los impuestos que recibe frente a la ayuda que otorga, son superiores. Junto a ello, hay que tener en cuenta que el sector del automóvil no son sólo fabricantes, hay sino también distribución, reparación, sector químico...

¿Y cuál ha sido el comportamiento del sector agrícola y ganadero este año?

No dispongo de datos al respecto. Lo que sí puedo decir es que se ha enfriado otro de los sectores fundamentales en la provincia, que era el financiero, que antes tenía tres entidades locales de las que en estos momentos sólo queda Caja Rural. Y no sólo por el PIB que podía suponer gracias a que estaban aquí los centros de decisión y la recogida de resultados en el impuesto de sociedades. Se ha perdido un peso enorme y al mismo tiempo muchos apoyos financieros locales. No quiero decir que las entidades actuales no tengan un apoyo local, sino que son un apoyo y una visión distintos.

¿Qué mensaje lanza para este 2015 que acaba de empezar?

 Que la recuperación no sólo depende del Estado. Para mí, en estos momentos, hay un sobreprotagonismo del Estado en la economía. Hay una sobreregulación;somos un país tremendamente regulado. Ycada vez que alguien sobreregula está limitando la iniciativa. Si el Estado quiere mandar en todo, llega un momento en el que la actitud del administrado es que el Estado me dé trabajo, que todos seamos funcionarios y se acabó el problema. De hecho, dispongo de unos datos en los que se pone de relieve que en España el peso del Estado en la economía ha llegado a ser del 42%. Y en la época que menor peso tuvo fue del 36% y en estos momentos es de cerca del 40%.

¿Y cuál es la alternativa? Porque los políticos son los que gobiernan y legislan y el ciudadano poco puede hacer...

La alternativa es que a alguien que vaya a montar una empresa no se le ahogue antes de nacer y a las empresas que ya están instaladas no se les pida un imposible, que es en la situación que estamos ahora. Si queremos que aflore la iniciativa privada y todo lo relacionado con el emprendimiento tiene que ser en un mundo más fácil. Yeso lo que está haciendo es desmotivar. En estos momentos montar una empresa, con la cantidad de requisitos que se exigen por parte de todas las administraciones, es imposible. Por tanto, hay que pensar en potenciar la iniciativa privada y no sólo multinacionales, sino de todo tipo de iniciativas de creación de riqueza.