Burgaleses y foráneos duplican la población de la provincia en agosto

G.G. Ubierna-A. Ramos | Burgos
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Merindades. Medina de Pomar y Villarcayo acaparan los mayores incrementos. La primera 'transforma' su censo de 6.000 a 40.000 personas y la segunda, de casi 5.000 a 20.000

Piscinas naturales como la de Peral de Arlanza son los principales reclamos para atraer visitantes durante todo el verano. - Foto: Luis López Araico

Agosto es el mes de vacaciones por excelencia en España y, por lo tanto, es también la fecha habitual para viajar desde puntos más o menos lejanos del país o del extranjero al pueblo en el que se nació o en el que vivieron los antepasados que luego tuvieron que emigrar en busca de mejores oportunidades. Este es, de hecho, uno de los motivos por los que Burgos, la provincia con más municipios de España, llega a duplicar su población en verano y, sobre todo, en agosto. Esa es la conclusión a la que se llega a partir de las cifras de población ofrecidas por una docena de localidades repartidas por toda la geografía burgalesa como Lerma, Santo Domingo de Silos, Melgar de Fernamental, Gumiel de Izán, Covarrubias, Quintanar de la Sierra, Villarcayo, Medina de Pomar, Caleruega, Frías y Santa María del Campo.

Cada una tiene un tamaño y unas condiciones diferentes al resto, pero el multiplicar habitantes conlleva en casi todos los casos incrementar la recogida de basuras y poner en marcha todos los recursos disponibles para garantizar un correcto saneamiento y abastecimiento de agua. Y, si no, siempre tienen la opción de recurrir a los camiones cisterna de la Diputación.

Un recurso con el que el Ayuntamiento de Silos, por ejemplo, sí ha tenido que contar en pasados veranos en los que, como suele ser habitual, se pasa de los 315 habitantes censados a los 1.100 residentes de uno o dos meses. Más del triple. El alcalde, Emeterio Martín, explica que «resolvemos el incremento conectando motores al pozo y bombeando agua, aunque algunos años, en torno a la fiesta de la Virgen, sí tenemos que contratar cisternas con la Diputación». Dado que este está siendo un estío húmedo y de temperaturas muy suaves, Martín confía en solventarlo con recursos propios. En lo relativo a las basuras, se incrementa la recogida de uno a tres días a la semana. Como suele ser habitual, la mayor parte de los residentes temporales de Silos son descendientes de emigrantes, catalanes y madrileños en su gran mayoría, que tienen casa.

Estas dos comunidades y País Vasco son también las que menciona en primer lugar la alcaldesa de Quintanar de la Sierra, Montserrat Ibáñez, al hablar de la procedencia de esos casi dos mil visitantes que llegan a duplicar la población de la localidad serrana, con 1.991 habitantes censados. «Y también tenemos mucho extranjero -muchos holandeses, franceses, belgas y alemanes- que vienen porque algún vecino que emigró les habló y se animan a venir». Ajuicio de Ibáñez, uno de los puntos a favor de Quintanar es el disponer de un cámping en plena naturaleza y piscinas municipales.

Naturaleza y servicios son dos de los factores que también destaca el regidor de Covarrubias, Óscar Izcarra, al analizar el porqué se llega casi a cuadruplicar población en este pueblo de la comarca del Arlanza en verano. «Es un cálculo difícil de hacer, porque depende de la fecha y de las actividades que haya: la fiesta de la cereza trae a muchísima gente y el Festival de Arte y Construcción mantiene a 400 personas durante diez días, pero yo diría que podemos llegar casi a cuadruplicar los 617 habitantes que tenemos censados», afirma. Este incremento obliga a duplicar los días de recogida de basura (se pasa de dos a la semana a cuatro) «y en cuanto al agua, se nota en que si normalmente funcionamos con un seno para depurar todos los residuos que se generan, ahora necesitamos los dos». Otros factores que juegan a favor de Covarrubias son, según Izcarra, el patrimonio histórico, la gastronomía, la biblioteca abierta todo el verano, tener cámping y piscinas o el río.

Gumiel de Izán, en la Ribera, es otro pueblo que llega a triplicar en agosto al pasar de los 600 habitantes censados todo el año a unos 1.800 ‘de verano’. «Como estamos en la mancomunidad, no tenemos problema con las basuras porque durante todo el año se recoge tres días a la semana y, ahora, todos», explica el alcalde, Jesús Briones, antes de añadir que con el agua tampoco suelen tener problemas, a no ser que haya mucha sequía. «Estamos encantados de que vengan y disfruten del pueblo», afirma Briones, destacando que se están planteando construir unas piscinas municipales en cuanto la crisis remita un poco. Por el momento, los visitantes pueden disfrutar del río.

Preparados

Melgar y Lerma son dos municipios relativamente grandes, que cuentan con unos 1.800 habitantes en el primer caso y alrededor de 3.000 en el segundo durante todo el año. Estos números obligan a disponer de más servicios, de manera que cuando llega la temporada alta, se puede asumir el aumento de población sin mayores complicaciones. La alcaldesa de Melgar, Montserrat Aparicio, apunta que a pesar de duplicar población -«y más, los días de la fiesta-» no hay problemas significativos ni en el saneamiento ni en el abastecimiento de agua, aunque «se nota que hay más consumo, lógicamente». Melgar dispone de una depuradora de ‘filtro verde’ que se está ampliando en este momento con otra de nueva creación e inauguró potabilizadora hace un par de meses, por lo que no hay alteraciones en ese sentido. Tampoco en Lerma, donde también cuentan con una depuradora nueva con capacidad para abastecer a 20.000 habitantes y un nuevo depósito de agua con capacidad para 25.000 personas. Y teniendo en cuenta que, según cálculos del alcalde, José María Barrasa, se pasa de los más de 3.000 residentes permanentes a los «ocho mil o nueve mil en verano», contar con este tipo de recursos es importante. «Igual hay alguna calle que no está perfecta, pero primero nos hemos preocupado de cubrir los servicios básicos», explica Barrasa. Y, en este sentido, el popular cree que también juega a su favor tener centro de salud, cuartel de la Guardia Civil, estación de autobuses, zonas de ocio «bien equipadas y una programación cultural desde primeros de julio hasta septiembre». Y por si fuera poca la gente que acudía por interés cultural, turístico o familiar al pueblo cada verano, se decidió inaugurar agosto con el día del Lermeño Ausente y del Lermeño Distinguido como colofón a las fiestas barrocas. «Es una forma de atraer a todo el mundo», sentencia Barrasa.

Medina de Pomar es el destino estrella en la provincia y el municipio que más incrementa su población en verano. De hecho, los 6.000 vecinos censados  se llegan a ‘multiplicar’ por siete, llegando a superar, sobre todo en agosto, las 40.000 personas, tal y como explica su alcalde, Antonio López. De ellos, un 20% procede de Madrid y el 80%restante de Vizcaya. «Para nosotros el hecho de tener que mutiplicar los servicios no supone algo negativo porque estamos preparados para ello gracias a las subvenciones de años pasados. Es más, pensamos que hay que mimar el turismo de interior», apunta. En el mismo sentido, destaca que para el comercio y la hostelería del pueblo es un «revulsivo muy importante».

López atribuye ese aluvión de gente en el «amplio abanico de posibilidades» que ofrece la comarca de Las Merindades en su conjunto, con cuatro parques naturales. Además, hace hincapié en que los visitantes pueden disfrutar de la naturaleza, el monte y el senderismo. «En su mayoría, quienes vienen lo hacen buscando el fresquito».

Otro pueblo también de la comarca de Merindades, Villarcayo, llega a multiplicar su población en la época estival hasta por cuatro y la mayoría de los que eligen este lugar para su veraneo son de Vizcaya. La alcaldesa, Mercedes Alzola, asegura que se puede pasar de unas 4.850 personas a 20.000. Por ello, reclama que «lo interesante sería que se empadronasen porque  muchos hacen uso de los servicios todo el año». Yes que recuerda que los ayuntamientos se nutren de los impuestos y en parte de los fondos del Estado que reciben en función del número de personas empadronadas. «Ysin dinero, no se pueden dar servicios», añade.

Respecto a la depuradora, asegura que responde a las necesidades que tienen dado que la Junta de Castilla y León contribuyó a hacerla más grande, «si bien ello lleva aparejado un mantenimiento más costoso».

Afrontar ese incremento poblacional exige reforzar el personal para la recogida de basuras y la limpieza en verano, aunque también en Semana Santa y algún fin de semana de manera puntual. También el centro de salud está en ocasiones «sobrecargado», afirma Alzola, aunque alaba lo que supone en cuanto a actividad en el pueblo y dinamización del comercio.   

Mucho más pequeño, pero también ubicado en Las Merindades, Frías pasa de tener menos de 300 habitantes censados (concretamente 272) a 2.000 en días puntuales, aunque muchos no llegan a pernoctar. «Es gente de paso, que viene a ver el pueblo o a participar de algún acto programado», asegura. También el cámping concentra mucha gente, en ocasiones hasta 600 personas, comenta el alcalde, Luis Arranz.  

También multiplica por cuatro o incluso por cinco su población Caleruega, aunque en este caso la cifra de empadronados es notablemente inferior a la de Villarcayo:son casi 500 personas, confirma su alcalde, José Ignacio Delgado. Orgulloso, asegura que el pueblo cuenta con muchos atractivos como unas «excelentes» piscinas y pistas deportivas, así como un polideportivo cubierto. Además, recuerda que la localidad está declarada ‘conjunto histórico’.   Junto a ello, cuenta con un hotel y tres casas rurales «que siempre están llenas» y Delgado añade también que hay muchas personas que tienen en este pueblo del sureste de Burgos una segunda vivienda. Por eso, reconoce que en verano, a veces la consulta médica se «colapsa».

Tampoco olvida referirse al monasterio-convento de los dominicos, con una destacada iglesia gótica y una hospedería muy grande. Por todo ello, el alcalde cree que cuentan con unos visitantes muy fieles, sobre todo de Madrid, Bilbao y Barcelona.

Santa María del Campo duplica también su población en los meses de verano. De 650 personas pasa a tener unas 1.200. «Nuestro objetivo es ofrecer a la sociedad los servicios que nos demandan», apunta el alcalde, Teófilo de la Torre. Ello pasa, por ejemplo, por recoger la basura de los contenedores con más frecuencia y tener las infraestructuras necesarias que permitan dar respuesta a la demanda de agua. «Es una época muy alegre porque muchas de las casas que durante el año están vacías se ven abiertas y el comercio se activa mucho», concluye.