Un regreso especial a El Plantío

Juan Carlos Moreno / Burgos
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Raúl García y Jacobo Trigo, integrantes del UD Logroñés, regresan mañana a El Plantío, donde defendieron durante cuatro años la camiseta del Burgos CF

Raúl García (Hernani, 1976) y Jacobo Trigo (Pontevedra, 1988) forman parte de la expedición del UD Logroñés que hoy se desplazará a El Plantío para enfrentarse al Burgos Club de Fútbol. Ambos volverán a cruzar la puerta de unos vestuarios que conocen a la perfección ya que formaron parte del club burgalés durante años. Ahora forman parte del ambicioso proyecto del UD Logroñés, cuyo objetivo final es ascender a Segunda División.

Raúl García vivió dos épocas en el club burgalés. Llegó a Burgos en 2002 para jugar en Segunda División, aunque el fracaso en la conversión del club en SAD lo condenó a jugar en Segunda B. Lo trajo Carlos Terrazas y con él comenzó una etapa de tres temporadas y dos play offs de ascenso, el segundo con Fede Castaños en el banquillo. Con la llegada de Fabri al banquillo (2005) emigró una campaña a Palencia y regresó un año después de la mano de Carlos Lasheras y Gonzalo Arconada. A partir de ahí, en julio de 2007 fichó por el Eibar para cumplir su sueño de jugar en Segunda y luego recaló en Miranda, donde coincidió con Pouso, con el que ha iniciado su carrera en los banquillos.

«Viví dos etapas muy bonitas en Burgos. Tengo amigos, conocidos y es una ciudad que me gusta mucho. Cada vez que piso el estadio recuerdo sobre todo los momentos vividos allí», explica Raúl  García desde Miranda, minutos después de entrenar a los más jóvenes y tres días antes del partido contra el Burgos.

Jacobo Trigo también vivió cuatro campañas en el club burgalés, aunque no tan exitosas como Raúl García. Llegó después de su actual segundo entrenador, con el equipo en Tercera. Apenas tenía 19 años y su viaje a Burgos desde su Galicia natal se produjo en juveniles, para jugar con el Río vena en División de Honor. En aquel equipo coincidió con Andrés González, mañana rival en El Plantío. Del Río Vena pasó al Burgos con el que logró un ascenso a Segunda B, aunque también un descenso. Después de cuatro años, emigró a Zamora, donde estuvo tres años y la pasada temporada Carlos Pouso lo reclamó para su nuevo proyecto. «Siempre es un placer volver a la que fue mi casa durante años, me trataron genial y donde pude crecer como futbolista», recuerda Jacobo.