El Ayuntamiento de Burgos quiere sentarse con la Dirección General de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura tras el verano para desatascar un proyecto que lleva tantos años enquistado que lo sorpresivo ha sido que el equipo de Gobierno haya decidido ahora devolverlo a la agenda: la cobertura del patio del Monasterio de San Juan. Y se ha marcado septiembre como plazo para tener disponibles las propuestas que presentará en Madrid.
Un lustro atrás ya se intentó optimizar el uso del cenobio ejecutando un proyecto de cobertura y consolidación integral de l aparte en ruinas que el Ministerio tumbó alegando que el proyecto planteado era ‘agresivo’ con el Bien de Interés Cultural. La cuestión es que de aquellas era Caja de Burgos quien se comprometía a pagar los cinco millones de la intervención a cambio de que la entidad pudiera utilizar las dependencias una serie de días al año. De hecho, el por entonces presidente de la entidad, José María Arribas, participó de las negociaciones con el Ministerio. Pero nada, no salió.
Ahora la pretensión es alcanzar un acuerdo con la Dirección General para modificar el proyecto hasta que considere que no existe riesgo alguno de afectar al conjunto y, ya de paso, y sobre todo, minorar el coste de la intervención a, como mucho, la mitad. Esto es, dejarlo en entre dos y dos millones y medio. Ese es el coste que se podría asumir por parte del Ayuntamiento con la reserva de fondos europeos del programa Urban que el ejecutivo de Lacalle asegura tener custodiada con este fin.
Así que solo queda llevar el proyecto a Madrid y lograr el OK, puesto que es el Ministerio el propietario del inmueble a pesar de que la ciudad lo mantiene desde 1967. Es más, se creó un consorcio con el Estado para cooperar en su mantenimiento pero el organismo jamás se reunió más allá de aquel primer encuentro.
‘A la carta’
«No queremos ir con una única propuesta, sino con varias para que elijan la que consideren adecuada», explica el concejal de Cultura, Fernando Gómez. Para cumplir esa premisa, Gómez ya se ha sentado con el estudio de arquitectura que en su momento realizó el ‘anteproyecto’ para pedir que se eliminen los elementos de los que Madrid recelaba y se aminore el coste de la operación. «Buscamos una cubierta simple pero que permita utilizar el patio casi todo el año», amplía el presidente del IMC.
Además, el destino que se daría a San Juan ya no será tanto el de eliminar las carpas para hacer ferias (para eso ya está el Fórum) como el de acoger «pequeños eventos como ferias artesanales o lúdicas». En realidad, lo que se persigue es dinamizar el cenobio, que agoniza por el misérrimo índice de visitantes que acuden a ver la colección permanente del Museo Marceliano Santamaría.
Sobre las posibles soluciones técnicas que pueda proponer el estudio, Gómez no se moja pero sí estima «conveniente» que la cubierta propuesta ‘comulgue’ con el proyecto de la nueva biblioteca pública de la plaza de San Juan, cuyo elemento ‘franquicia’ es la cobertura de cristal que envuelve las instalaciones.