Solo 11 de las 82 personas de más de 100 años son hombres

Gadea G. Ubierna / Burgos
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El alcalde y la concejala de Acción Social celebraron ayer el tradicional homenaje a los centenarios empadronados en la capital, un acto al que no pudo acudir la más longeva de Burgos: Felisa Arenas García, de 108 años

Un cierto cachondeo interrumpió ayer al alcalde, Javier Lacalle, cuando explicaba en el Salón Rojo del Teatro Principal que de las 82 personas de la capital que tienen cien o más años, solo once son hombres. Algo más del 13%. Una risa generalizada acompañó a las palabras del alcalde, quizá porque la mayoría de las asistentes, tanto en el papel de protagonistas como en el de acompañantes, eran mujeres. En cualquier caso, Lacalle consideró que la explicación al ‘desequilibrio estadístico’ hay que buscarla en «cómo se cuidan, su gran actividad y dinamismo y, sobre todo, en el compromiso que tienen las mujeres durante toda su vida». De hecho, la persona más longeva de Burgos es Felisa Arenas García, una anciana de 108 años que, sin embargo, no pudo asistir al homenaje de ayer. Procopio Angulo Quintanilla, en cambio, rompió una lanza en favor de los varones ya que con sus «104 años y medio» era el más veterano de entre quienes sí asistieron,

El reconocimiento a la edad de los burgaleses más longevos del municipio se ha convertido en una tradición previa a las fiestas de Navidad desde el año 2008, cuando se les homenajeó por primera vez. Así lo explicó Lacalle, antes de desear a los asistentes con algo de antelación «unas muy buenas fiestas y que todos podamos seguir cumpliendo años en 2016». A continuación, todos ellos recibieron un libro de fotografías de Burgos de los años sesenta y se les ofreció un café, servido por el catering de Cáritas. Tanto el alcalde como la concejala de Acción Social saludaron y conversaron con cada uno de los protagonistas y sus familiares.

La mejora de las condiciones y de la calidad de vida, así como la generalización de trabajos menos exigentes físicamente, han determinado que lo que antes era excepcional ahora no cause sorpresa alguna. Una circunstancia que prueba el hecho de que entre enero y primeros de diciembre se hayan incorporado 27 centenarios al registro municipal que, como ya se ha dicho con antelación, ya supera las ochenta personas. Sin embargo, la salud delicada o los problemas de movilidad que tienen muchos de ellos les impidieron acudir al acto en al que asistieron una docena de representantes: Petra Alcalde Hernando, Martina Alvear Martínez, Procopio Angulo Quintanilla, Felisa Arnaiz Hernando, María Teresa Cuesta Rueda, María Cruz García Lara, Fortunata Mardones Sáez, Anastasio Martín Campomar, Justina Ortega Almendres, Inés Osma de Mata, Fernanda Prieto Hierro y Carmen Sancho Ortigosa.

Esta última, por ejemplo, entró en el Salón Rojo visiblemente contenta en su silla de ruedas y en compañía de sus sobrinas, a quienes explicaba los muchos y muy buenos recuerdos que le traía el espacio escogido para el homenaje. «¡Qué recuerdos me trae volver al sitio en el que me puse de largo!», contaba, recordando en qué punto de la estancia se colocaban las madres y en cual otro las señoritas e invitadas. Sancho cumplió el centenario el pasado 1 de mayo, una fecha señalada y que, en otros tiempos, le impedía celebrar el cumpleaños «porque al ser el día del Trabajo nunca había camareros».

A derecha e izquierda de Sancho escuchaban otras homenajeadas que, al escuchar su edad, comentaban que «solo» tenía cien. Ellas ya han cumplido los 103 y ni la cachava de la una ni la silla de ruedas de la otra parecía limitar en absoluto su interés y su satisfacción por un homenaje que, simplemente, celebra la experiencia.