Desembarcaron en el mundo del reciclaje de aceite usado a finales de 2011 y dos años más tarde han ampliado su actividad sumando al servicio inicial de recogida de este producto los de almacenamiento y tratamiento final. Todo ello ha sido posible gracias a una inversión de 250.000 euros, que les ha permitido trasladar su pequeña sede en la localidad de Yudego a una nave de 1.500 metros cuadrados en el polígono industrial de Villalbilla de Burgos.
Rodrigo Gutiérrez y Rubén Palacios son los responsables de la empresa Gestta, que cuenta con más de 700 contenedores para depositar aceite vegetal repartidos por la provincia de Burgos, Soria y Palencia, siendo la localidad de Parla uno de sus últimos clientes. Su labor se realiza a través de la firma de convenios con mancomunidades, que esperan poder extender al resto provincias de Castilla y León.
Pero además de la recogida del residuo doméstico, la compañía atiende también las necesidades que en este sentido demandan industrias y empresas de hostelería, pudiendo así extender su negocio a más sectores. En conjunto, el volumen se aceite retirado en vehículos con cisternas específicos, que subcontrata para ello, es de 25.000 litros al mes.
Precisamente, esa es la capacidad que podrán procesar en sus nuevas instalaciones de Villalbilla, donde se almacenará el residuo en depósitos para después filtrarlo y obtener aceite limpio que vender directamente a los clientes. Entre estos últimos, destacan las plantas de biodiésel, con las que ya han mantenido contactos para su comercialización, además otros posibles usos como la fabricación de jabón.
Las obras de la nueva sede comenzaron en noviembre del año pasado y se prolongaron durante cuatro meses. Durante la primera semana de mayo presentaron el proyecto a la Comisión Territorial de Medio Ambiente, que no tardó en dar su visto bueno. Sin embargo, el expediente está pendiente de confirmación por parte de la Junta de Castilla y León, sin cuya firma la planta no puede ponerse en marcha.
Planes iniciales
Tanto Guitérrez como Palacios confían en que la autorización llegue cuanto antes, puesto que este retraso está trastocando sus planes iniciales y, lo que es peor, provocando «pérdidas», debido a que tienen que hacer uso de los servicios de otro gestor de valorización cuando disponen ya de la maquinaria necesaria para poder hacerlo en sus nuevas instalaciones. «No podemos estar un año parados», afirman estos emprendedores.
Para el inicio de la nueva actividad, Gestta ya ha contratado a un trabajador, si bien su intención, si todo va según lo previsto, pasa por contratar a otros dos mas en un corto o medio plazo de tiempo. De igual forma, también baraja la posibilidad de poder aumentar en un futuro el volumen de la capacidad de aceite a tratar, dado que simplemente supondría una mayor actividad de las máquinas actuales.
Por el momento, se quedan con estas expectativas, ya que lo siguiente sería la construcción de una planta de biodiésel, una inversión que, según reconocen, aún les queda muy lejana. Los 250.000 euros invertidos hasta la fecha les han permitido sufragar el alquiler de la nave en la que se han instalado en la localidad del alfoz de Burgos, la nueva contratación y la compra de las distintas máquinas de procesamiento, sin que para ello hayan recibido ayuda púbica alguna, a pesar de ser jóvenes emprendedores. Es más, aseguran que se quedaron sin la única que les concedieron al iniciar su actividad porque se había agotado la partida.