La consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León ha concedido una subvención de 40.000 euros al Colegio San Gabriel para poder financiar el primer curso de FP Básica en Auxiliar de la Industria Alimentaria, al que desde el pasado mes de septiembre asisten quince alumnos que reciben su formación teórica y práctica entre el edificio Tomás Pascual y las instalaciones que el colegio tiene en La Aguilera.
El Colegio San Gabriel llegó hace unos meses a un acuerdo con la Junta, propietaria de ese edificio, para hacerse cargo de la gestión. Esta FP Básica es uno de los contenidos que el colegio ofrece en el mismo, respondiendo así a una demanda existente en la comarca, como explica Enrique García, director de este colegio. «Siempre hemos defendido que hacía falta una formación de estas características, dirigida a jóvenes que no han podido obtener el título de la ESO y sobre un ámbito en el que existe demanda en el mercado laboral»,
García confía en que los alumnos que culminen estos estudios, que constan de dos mil horas lectivas repartidas en dos cursos escolares, tengan una rápida inserción laboral. «Estarán preparados para trabajar en empresas como Pascual, Campofrío, Agroalimentaria Chico o diferentes bodegas», comenta el director, que asegura que esta formación responde sobre todo a una petición que realizaron desde el gremio de panaderos, la de preparar a futuros empleados de este sector. «Gran parte del plan de estudios se centra en el pan y la repostería porque hacen falta panaderos, es lo que el mercado de trabajo está demandando, además, creemos que es fundamental poder formar y ayudar a encontrar empleo a estas personas sin título básico que de otra forma se quedan fuera, tanto de los estudios como del mercado de trabajo».
San Gabriel ha aceptado esta subvención, con la que se sostiene el personal docente mientras otro tipo de materiales corren a cargo del propio colegio, a mediados del pasado mes. Enrique García espera que el próximo curso, el 2019-2020, Agricultura financie el segundo curso de esta primera promoción y Educación asuma lo que sería el primer curso de la segunda. «Para que Educación concierte una enseñanza tiene que haber alumnos y luego posibilidades de inserción, y en este caso, se cumplen ambas. Hay demanda y el 100% del alumnado que acabe los estudios tendrá trabajo, como ocurre con la Escuela de Enología», afirma el dierctor, que confía en la continuidad de estos estudios.