La pelea de Rachida contra el reloj

Angélica González / Burgos
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La Fundación Mayo Rey trae al HUBU a una adolescente camerunesa con leucemia que necesita tratamiento inmediato y cuya expectativa de vida en su país no supera los 3 meses

En el centro, Rachida, el pasado mes de mayo, junto a su hermana y su madre en la puerta de su casa. - Foto: Fundación Mayo Rey

El pediatra y presidente de la Fundación Mayo Rey, Emilio Sastre, elige muy cuidadosamente las palabras para explicar, sin eufemismos pero también sin truculencias, que si Rachida Ousumanu no recibe un tratamiento específico para la enfermedad que sufre, su pronóstico de vida no va más allá de los tres meses. La conoció en mayo en su último viaje a Rey Bouba, la aldea de la provincia de Camerún de la que su fundación ha adoptado el nombre. «Un amigo me dijo que tenía que verla y  quedé impresionado. No podía ni andar, era incapaz de moverse; la llevamos al hospital y vimos que sufría una anemia severísima. Allí la hicimos varias transfusiones durante tres semanas, le pusimos hierro, corticoides y poco más».

Rachida sufre una leucemia linfoblástica aguda -el tipo de enfermedad se confirmó en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) con unas muestras de sangre que Sastre hizo llegar- y el único hematólogo que puede hacer algo por ella vive a mil kilómetros de su casa. La pobreza infinita en la que vive su familia y la sanidad africana, en la que hay que pagar hasta por una gasa que se utilice, hacen  absolutamente imposible encontrar una solución en Camerún para la cría, que el próximo mes de agosto cumplirá 14 años.

Y aquí es cuando Sastre, como en otras ocasiones, se lía la manta a la cabeza y, al igual que siempre, se encuentra con la solidaridad por todas las esquinas. «En un tiempo récord vamos a conseguir traerla a nuestro país e iniciar el tratamiento adecuado. Su situación es tan precaria que todo se ha realizado como una carrera contra el tiempo. Ayer estaba en Yaoundé, la capital de Camerún, y la Fundación acaba de conseguir el pasaporte. La embajada de España emitirá el visado el lunes para llegar a nuestro país el martes o miércoles próximo. Ya tiene una cama y un equipo esperándola en el HUBU», contaba ayer.

La generosidad de instituciones y personas. Todo esto ha sido posible gracias, explica, a la inmensa generosidad de muchas instituciones y personas. Cita a la embajada de España en Camerún; a la Subdelegación del Gobierno en Burgos y su responsable, José María Arribas; a la  Oficina de Extranjería de esta misma provincia, a Sacyl, a la gerencia y a la dirección médica del Hospital Universitario de Burgos y a sus compañeros del servicio de Hematología, además de mucha otra gente anónima, que ha hecho todo lo posible para que Rachida tenga una oportunidad.

La enfermedad es de tal gravedad y tan perentoria la intervención médica que, cuenta Sastre, según se baje del avión que la dejará en el aeropuerto de Barajas (Madrid) Rachida irá directamente al servicio de Hematología a comenzar el tratamiento. Como siempre ocurre con estos casos, los sanitarios no las tienen todas consigo, algo que ya han explicado a su familia, pero creen que es su deber humanitario intentarlo.

Al contrario que en los otros dos casos de niños africanos enfermos que la Fundación Mayo Rey ha traído a Burgos como el de Grace Goïlaw, que se marchó hace ya un año y que está estupendamente y guapísima, y el de Christ Emmanuel Aka, que aún está en la ciudad recuperándose, Rachida Ousumanu vendrá sola. Su madre tiene muchos otros hijos y quehaceres de los que ocuparse: «Sin la figura de la mujer, la casa y la familia se vendrían abajo, así son las cosas en África». Pero no se va a encontrar sin compañía: todo el voluntariado de la Fundación Mayo Rey se  va a volcar -ya lo está haciendo- con ella para que consiga sentirse bien y recuperar las fuerzas para ganarle la batalla a la leucemia.

ES24 2100 0097 3102 0006 1320

Este es el número de cuenta en el que se pueden hacer donaciones para costear la estancia en Burgos de la niña. El tratamiento corre por cuenta de Sacyl.