Seguro agrario, las primas serán más caras

Vidal Maté
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La Administración adelanta que habrá un recorte y simplificación de las subvenciones

El cultivo de cereales está protegido por las pólizas de los agricultores. - Foto: Alberto Rodrigo

Los seguros agrarios han sido en la última década la niña bonita de todas las Administraciones y se han considerado, con todos sus defectos, como uno de los ejes de la política ante el fracaso histórico de otras medidas como la concentración de la oferta, la unidad del sector para la compra de los medios de producción o para la comercialización de sus productos. Los seguros escaparon a todo tipo de recortes en momentos de ajustes, que también los hubo en otras épocas. Pero, en este momento, no han podido sortear la crisis y no solamente en los fondos asignados desde el Gobierno que han pasado en tres años de 281 millones de euros a 252, para acabar en 2013 con 204, sino también en los ajustes de algunas comunidades autónomas donde se ponían a disposición del sector un total de otros 120 millones de euros.

Hoy, el sector agrario deberá hacer frente con más recursos propios al coste de las primas del seguro. Eso puede suponer un peligro a la hora de la suscripción de las pólizas, con miles de agricultores y ganaderos que renuncien a las coberturas más caras que se les ofrecen. El agravante de esta campaña es que el último ejercicio ha batido el récord en siniestralidad con casi 150.000 partes y con indemnizaciones de unos 800 millones de euros, por lo que no es tampoco el momento ideal para que las compañías bajen sus primas.

El plan para 2013 responde a la filosofía del modelo a tres años que adoptó en meses pasados el Gobierno para los seguros agrarios, y contempla tres grandes objetivos.

El primero, revisar los criterios sobre las subvenciones a las primas en el marco de las actuales disponibilidades presupuestarias y optimizando los recursos. Esta medida viene determinada por los recortes de los fondos de todas las Administraciones que en su día llegaron a unas ayudas por un valor superior al 50% del coste de las primas.

Mayor implantación

Un segundo eje es lograr una mayor implantación de los mismos con carácter general y, sobre todo, en las producciones o cultivos donde hoy es bajo el nivel de aseguramiento, como son los casos de las cabañas ganaderas y cultivos como el olivar o el viñedo. La actual situación supone un grave desequilibrio al tener una respuesta masiva en coberturas como los cereales, mientras hay cultivos sin apenas pólizas.

Finalmente, un tercer objetivo es lograr una mejora en los mecanismos de gestión, desde las políticas de información a los procesos de peritación y pagos de indemnizaciones. Las franquicias muy elevadas suponen un grave desincentivo a la hora de hacer un seguro, junto a unas peritaciones duras que acaban por quitar el sentido al seguro.

Siguiendo con los procesos de expansión de las pólizas, en 2013, desde el Ejecutivo central se pretenden revisar y mejorar una serie de tipos de cobertura que tienen un escaso desarrollo, que han tenido una débil cogida, unos que se quieren modificar y otras líneas nuevas. Entre los objetivos más importantes se halla una mejora en el seguro de rendimientos de los frutales, especialmente para cubrir los riesgos del cuajado; la elaboración de un plan bienal para el olivar; uno destinado a las explotaciones de vacuno de carne, caprino y ovino que tengan denominación de calidad; modificar el seguro de sequía en los pastos que hasta la fecha ha sido un fracaso por su escasa acogida; la mejora de las líneas de coberturas ganaderas que se mantienen como la gran asignatura pendiente, y la simplificación de los procesos de contratación y fidelización de los productores.

Nuevas coberturas

Con el mismo objetivo, en los próximos meses se quieren desarrollar los trabajos para la incorporación de nuevas coberturas, como los seguros para instalaciones agrícolas y pecuarias, los daños causados por los abejarrucos en la apicultura, la monitorización de los precios de las materia primas y los costes de alimentación animal, una cobertura para la montanera, seguro contra el déficit hídrico en los regadíos y seguir avanzando en los estudios para establecer una red de seguridad para el mantenimiento de las rentas.

Para los bolsillos del sector agrario, las modificaciones más importantes del nuevo plan afectarán, sobre todo, a la rebaja de las subvenciones derivada de las políticas de ajuste presupuestario a todos los niveles. De acuerdo con esa situación, en el nuevo plan no serán objeto de ayuda los recargos a las primas consecuencia de una elevada siniestralidad. Además, en aquellas pólizas donde la prima de coste sea superior al 30%, solo se pagará el coste hasta ese porcentaje. Habrá una subvención base para todos los asegurados, y en el caso de las líneas de retirada y destrucción de cadáveres, se concederá una subvención única por especie e igual para todas las comunidades autónomas. A todas las pólizas se les aplicará una deducción de 60 euros sobre el importe de ayudas a percibir. Se elimina la subvención por explotación y se rebaja y unifica en un 3% la subvención adicional por renovación de un contrato.

La Administración advierte, además, de que, como ya sucede en la actualidad, no se concederán ayudas con carácter extraordinario para siniestros excepcionales cuando los daños provocados por esos riesgos estuvieran contemplados en una de las líneas del plan de seguros agrarios de ese ejercicio. A pesar de esta advertencia, en medios agrarios se espera un recorte en el volumen de la contratación de las pólizas.