Un asunto pendiente

Angélica González / Burgos
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La sexóloga Natalia Rubio afirma que ignorar la sexualidad de las personas con discapacidad merma su calidad de vida e insta a profesionales sociales y sanitarios a trabajar contra ello

La sexóloga Natalia Rubio. - Foto: Patricia

La concepción errónea de la sexualidad que tiene la sociedad,   y de la que buena parte son culpables los medios de comunicación, hace que nadie se plantee si quiera que las personas con discapacidad tienen derecho a disfrutar de su sexualidad y que no hacerlo influye muy negativamente en su calidad de vida. Así lo explicó ayer la sexóloga burgalesa Natalia Rubio, presidenta de la asociación Sexualidad y Discapacidad, durante las jornadas anuales que realiza Afaem, el colectivo de personas afectadas por esclerosis múltiple.

A su juicio, se han disminuido tanto las posibilidades, reduciendo las relaciones sexuales prácticamente al coito, «que a todo el mundo se le olvida que hay otro tipo de experiencias que pueden ser muy satisfactorias; que están los besos, las caricias, los achuchones... porque la sexualidad no es solo genitalidad». A este handicap se le unen otros no menos gravosos: la persona enferma siente pudor y no saca sus necesidades sexuales en la consulta; los profesionales sanitarios y sociales apenas caen en ello y en las familias sigue siendo un tema tabú.

Frente a esto, la asociación Sexualidad y Discapacidad trabaja a través de talleres que destierran mitos y ayudan a que la sexualidad se visibilice: «No se puede hablar de calidad de vida si se descuida la sexualidad y esto ocurre también en una enfermedad como la esclerosis múltiple, que aparece en la franja de edad de los 20 a los 40 años, cuando, en muchas ocasiones es un asunto que hay que abordar no solo con el paciente sino también con su pareja».

Los objetivos que se plantean estas sesiones para con los afectados son, en palabras de Natalia Rubio que aprendan «a conocerse, a aceptarse y a expresar su sexualidad de forma satisfactoria». Las asociaciones de autoayuda tienen una posición privilegiada para transmitir estos conceptos a sus socios y, en este sentido, Rubio cuenta que en Burgos cada vez está más interiorizada la idea de que la sexualidad de las personas con discapacidad es tan importante como cualquier otro aspecto que afecte directamente a su vida.

«Podemos decir que en Burgos hay mucho interés y que, desde hace un par de años, no es infrecuente que nos llamen para abordar este asunto. Ahora hemos colaborado con la asociación de esclerosis múltiple pero lo hemos hecho también en otros momentos con determinados colectivos como el que aún a los afectados por daño cerebral», concluyó.