60 años de 'El señor de los anillos'

DPA
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La popular novela de J.R.R. Tolkien celebra seis décadas de vida desde su primera edición, en 1954. El relato sobre 'hobbits', elfos y espíritus sentó las bases de la literatura fantástica

60 años de ‘El señor de los anillos’

Aventura, sangrientas matanzas, un poderoso anillo y cuatro pequeños héroes llamados hobbits: la epopeya fantástica de El Señor de los Anillos es hoy en día tan popular como hace 60 años, cuando el escritor británico John Ronald Reuel Tolkien publicó su primera entrega.

«Debido a sus numerosas capas, el libro es algo así como la obra que sentó las bases de la literatura fantástica», sostiene Mark, un fan de Tolkien, dejando patente la fascinación que aún despiertan las aventuras de Frodo y compañía. El joven neoyorquino, que realiza una visita temática por Oxford, considera que en los libros aparecen todos los arquetipos y, además, es entretenido, está bien escrito y cuenta con una larga historia previa.

El literato, que daba clases de inglés en la prestigiosa Universidad de Oxford, escribió allí tanto El Señor de los Anillos como su precuela, El Hobbit. «Tolkien empleó varios años en finalizar el texto porque era un perfeccionista y reformulaba una y otra vez determinados pasajes», explica la guía del tour, Daniele Lucas. «Cuando por fin terminó el libro, fue un gran éxito», agrega.

La novela, que se publicó en tres partes a partir del 29 de julio de 1954, debe su popularidad en gran medida al movimiento hippy de finales de los años 60. Este colectivo adoraraba el libro, afirma Lucas. «Fumaban marihuana, al igual que los hobbits disfrutaban metiendo en sus pipas cualquier hierba. También gustaban mucho los elfos. Lo fantástico siempre ha fascinado», añade.

Elfos, dragones y espíritus ya eran populares desde finales del siglo XIX, y no solo en la literatura inglesa. Tolkien se inspiró en esas historias para crear su obra, pero los personajes conocidos como  hobbits son una invención propiamente suya, apunta Stuart Lee, experto en Tolkien de la Universidad de Oxford. «Puedo asegurar que no aparecen antes en ningún otro lugar ni texto», indica.

Estos héroes amantes de la bebida y cómicos sin pretenderlo salieron de la pluma del inglés como un reflejo de su personalidad. «No en vano, en una ocasión, dijo que él mismo era un hobbit», cuenta la guía de la visita temática. «A Tolkien le gustaba la comida sencilla, la ropa sencilla», añade. Además, le encantaba fumar en pipa y beber. Y mucho -apunta-, al igual que sucede con estos pequeños seres de pies fuertes y velludos.

Los hobbits solo abandonan la comodidad de sus hogares para destruir un poderoso anillo. Son héroes que no pretenden serlo, y ese también es un factor que hace que la trilogía guste al público general, añade el neoyorquino Mark. «Todos nos hemos sentido alguna vez un poco marginados. Y a cualquiera le gustaría conseguir lo que logra Frodo». Nada menos que vencer al mal.

«Tolkien no solo describe la guerra entre distintos grupos, sino también la lucha que Frodo vive entre el bien y el mal. Y eso es algo con lo que todos tenemos que luchar», explica Tom. A su lado, la quinceañera Isobel indica que lee libros como El Señor de los Anillos porque, al igual que a otros adolescentes, a ella le gusta evadirse en un mundo de fantasía, pero también de aventuras y de juego. «Por eso nos gusta tanto el género fantástico», explica esta joven.

‘Juego de tronos’.

Precisamente, en los últimos años la literatura fantástica está viviendo un nuevo boom, como pone de manifiesto entre otros la saga medieval Canción de hielo y fuego, que inspira la exitosa serie de televisión Juego de Tronos.

Según Daniele Lucas, el motivo principal es el descontento con el mundo moderno en el que nos encontramos. «Se trata, básicamente, del escapismo. Es decir, se busca huir de la realidad debido a que no vivimos en el mejor momento ni económico, ni político ni social», opina la guía.

Para el experto en Tolkien Lee, en cambio, el hecho del escapismo por sí solo no explica per se el éxito del género fantástico. «Escapismo supone que cuando uno ha visto o leído algo, lo olvida rápidamente. Sin embargo, El Señor de los Anillos no se olvida nunca. Es la obra con la que se compara cualquier libro fantástico». En este sentido, Lee apuesta por el éxito de Tolkie como ejemplo de narrativa de calidad y fantasiosa que atrapa al lector.