Nefrología se perfila como el primer servicio del HUBU que será unidad de gestión clínica

Angélica González / Burgos
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Este sistema, que otorga máxima autonomía a los responsables sanitarios, «solo aporta ventajas» para los gestores pero los sindicatos lo ven como un paso hacia la privatización

Nefrología ha cambiado los horarios para hacer tres turnos de diálisis, lo que para la directora médica es una forma de trabajo de unidad de gestión clínica. - Foto: Luis López Araico

El servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Burgos se convertirá el próximo año en la primera unidad de gestión clínica de este centro sanitario. Se trata de una nueva forma de gestión, regulada por un decreto que se publicó en el Boletín de Castilla y León el pasado día 5, y que no está exenta de polémica. Básicamente se trata de dar una mayor autonomía a los servicios médicos. Hasta ahora, son las gerencias de los hospitales las que deciden cuestiones como las de personal, organización del trabajo o recursos materiales. Cuando las unidades sean una realidad, tal responsabilidad recaerá de forma exclusiva en el jefe del servicio, que se organizará de forma independiente.

Otros departamentos del HUBU que han demostrado su interés en sumarse a esta forma de actuar son Medicina Intensiva (UCI), Cardiología, Aparato Digestivo, Rehabilitación, Neumología, Otorrinolaringología, Cirugía Plástica y Medicina Interna en su área de Hospitalización a Domicilio.

La directora médica del HUBU, Carmen Rodríguez, solo ve ventajas a esta forma de gestionar el trabajo, sobre todo para los pacientes -«al hacer las cosas de forma organizada se ganará en calidad», dice- aunque reconoce que la labor diaria tampoco cambiará mucho: «En muchos servicios me están diciendo que solo va a ser ponerle nombre a una forma de actuar que ya se lleva haciendo hace tiempo». Además, está convencida de que los médicos saben gestionar «perfectamente» y tienen «inquietud por hacerlo y, de hecho, algunos se han formado en gestión clínica».

Negó rotundamente que se puedan crear conflictos éticos dado que serán los médicos los que decidan cuánto se van a gastar en los tratamientos y quienes, posteriormente, deban rendir cuentas, y ya hay quien se ha preguntado si va a primar la economía sobre la clínica. El secretario de Sanidad de UGTen Burgos, Fernando San Martín, por ejemplo, ha hecho una reflexión en este sentido: «Las unidades priman la economía frente a la Medicina y de cara al usuario se apostará por el ahorro». Lo niega Rodríguez: «La bioética acompaña siempre los actos médicos, otra cosa sería una mala praxis».

La directora médica añadió que para que una unidad de gestión clínica salga adelante debe contar con el máximo consenso entre todos los trabajadores del servicio «para evitar un mal clima laboral entre los profesionales». Los sindicatos se preguntan qué pasará con quienes no deseen forma parte de estas unidades y temen por los empleos. Para Fernando García Picón, vicepresidente del Sindicato de Médicos, -que dice que existen aún muchas dudas jurídicas sobre esta forma de organización- se corre el riesgo de empeorar las condiciones de trabajo y facilitar los contratos basura» mientras que el ugetista Fernando San Martín, considera que las plazas tal y como se conocen ahora pueden estar en peligro «pues los jefes decidirán las sustituciones, las modificaciones de horario, los calendarios y las tareas asignadas. Rodríguez fue tajante en esto: «Bajo ningún concepto se perderá empleo».