El ecónomo de la diócesis, Vicente Rebollo, ha admitido que hay "una tendencia de bajada" tanto en número de declarantes que apoyan a la Iglesia como en recaudación. "Tendremos que alzar la voz o comunicar mejor", ha dicho en una comparecencia esta mañana. En cualquier caso, la Diócesis recaudó 2,3 millones a través del IRPF (algo menos que en 2016 y 2015), pero la Conferencia Episcopal le asignó casi el doble porque los baremos de reparto benefician a Burgos por el número de sacerdotes y de templos, tanto en activo como para mantener.