Una Liga a tres bandas

DPA / Madrid
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Atlético, Real Madrid y Barça lucharán por el título tras gastarse casi 350 millones de euros

Una Liga a tres bandas

Más estrellas, más en juego, más presión: la Liga comienza con la máxima exigencia para Real Madrid y Barcelona, obligados a destronar al sorprendente y enigmático Atlético de Madrid.

Entre los tres grandes se han gastado cerca de 350 millones de euros, una cifra inalcanzable para los otros 17 participantes. Habrá pues dos Ligas: la que jugarán los tres favoritos al título y la del resto.

La diferencia este año respecto a las ediciones anteriores viene por parte del número de aspirantes. Si en la última década la pelea se redujo básicamente a Real Madrid y Barcelona, el Atlético presenta su candidatura después de alzarse con el título la pasada temporada contra todo pronóstico.

El conjunto de Simeone seguirá con su reiterada filosofía de «partido a partido», pero su condición de campeón permitirá introducir una novedosa cuestión: casi todo lo que no sea un triunfo será visto como una sorpresa.

La cuestión es ver si el defensor de la corona podrá mantener la misma competitividad de la pasada temporada después de perder a dos de sus grandes estrellas: Diego Costa y Thibaut Courtois.

Para intentar desafiar la tesis de los más descreídos, el club ha fichado al croata Mandzukic, el francés Griezman y el mexicano Raúl Jiménez. Mientras se comprueba si fue suficiente, el equipo seguirá fiándose a la extrema solvencia de su defensa y medular.

El Real Madrid es el actual campeón de Europa y ha mejorado su ya de por sí excepcional plantel, aunque a la espera de ver qué sucede con Di María y Khedira. Las incorporaciones de Kroos y James Rodríguez proponen más calidad en el trato del balón, mientras Keylor Navas añade mayor competencia en la portería.

La clave estará en ver cómo gestiona Carlo Ancelotti tan suculento arsenal. Además, falta comprobar cómo le responde el físico a Cristiano Ronaldo.

«Tengo una plantilla más fuerte que el año pasado», confesó el italiano. Es decir, un bloque más potente que el que ganó la ansiada ‘décima’ en Lisboa.

Pero nadie ha cambiado tantos cromos como el Barcelona. Empezando por su técnico, que ahora es Luis Enrique, y continuando por las salidas de jugadores tan notorios como Valdés, Puyol, Cesc o Alexis Sánchez, entre otros.

A cambio, han llegado muchos nuevos: Bravo, Ter Stegen, Vermaelen, Mathieu, Rafinha, Rakitic y el fichaje estelar de Luis Suárez, aunque éste no podrá jugar hasta el 25 de octubre por la sanción de la FIFA tras morder a un rival en el reciente Mundial de Brasil.

El Barcelona tiene la máxima presión por una razón básica: no puede permitirse otra temporada sin títulos importantes tras la «revolución» efectuada en el plantel.

Uno de los grandes focos se situará sobre Messi después de recibir la pasada temporada las mayores críticas de su carrera.

El siguiente bloque de la Liga será el formado por equipos como Athletic de Bilbao, Sevilla, Valencia y algún otro conjunto más que se añada a última hora para luchar por la cuarta posición, puesto que el podio parece vetado.

Y luego llegará la pelea más amplia de todas, la que formará el grupo que luchará por mantener la categoría para, en el mejor de los casos, no sufrir hasta las últimas jornadas. Es un vagón que cada año tienen más ocupantes.

Nuevas estrellas. Mientras tanto, Luis Suárez y James Rodríguez han sido los dos grandes fichajes del fútbol europeo esta temporada, pero ambos llegan con una pesada mochila: grandes expectativas y alguna sombra. El Barcelona pagó 80 millones de euros por el ‘charrúa’ y el Real Madrid se acercó a esa monumental cifra con la contratación del colombiano.

La carrera de Suárez está marcada tanto por los goles como por la polémica. Llegó al Barcelona tras una espectacular temporada en el Liverpool, en la que firmó 31 tantos, pero también después de una trayectoria llena de incidentes y bocados. La cuestión es ver cómo canalizará esa rabia y si mezclará bien con las otras dos estrellas en la delantera: Neymar y, sobre todo, Messi.

Diferente es el caso de James, quien también será muy observado, aunque por otros motivos. Su espectacular Mundial lo elevó a la élite, pero la realidad es que en mayo era un futbolista del que apenas se hablaba en España.

La primera incógnita es ver en qué puesto jugará dentro de un Real Madrid que tiene consolidado un ‘tridente’ atacante con Cristiano, Bale y Benzema. La posición en la que jugó en el Mónaco, por detrás de un punta, no existe en el actual equipo blanco, por lo que quizá tenga que acostumbrarse al ‘oficio’ de armador.

En vísperas del comienzo de la competición, la realidad es bastante curiosa: el delantero uruguayo estará en la grada y el madridista, a buen seguro, comenzará la Liga desde el banquillo.