El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Fernando Filoni, criticó ayer en Burgos la inmovilidad con la que muchos gobiernos occidentales, «que están asistiendo al fenómeno con perplejidad», se están comportando ante el avance del autodenominado Estado Islámico, que se está llevando por delante miles y miles de vida.

«No se trata sólo de una cuestión religiosa sino de una crisis humanitaria ante la cual muchos de los gobiernos occidentales asisten inmóviles sin salir de la perplejidad. La iglesia perseguida, la iglesia mártir jamás ha dado un paso atrás.  Pero no sólo en Oriente Próximo, también ocurre algo semejante en países de África e, incluso de Latinoamérica», indicó ayer en un encuentro con los periodistas previo a su intervención en el acto inaugural de la 68 Semana Española de Misionología, que tiene lugar en la Facultad de Teología.

El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos estuvo acompañado durante su disertación por los arzobispos de Burgos y Toledo, Francisco Gil y Braulio Rodríguez, y por el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi. A lo largo de la intervención insistió una y otra vez en que los cristianos «siempre tienen que ser personas de acogida y de ternura porque éste es el mejor rostro del Evangelio, el de la persona que se siente enviada a anunciarlo con su propia vida. Hoy la misión de la Iglesia Católica tiene más sentido que nunca». 

Filoni, que fue embajador del Vaticano ante Irak y Jordania en 2001, aseguró que ante esta situación, «es más actual que nunca la vocación misionera, una vocación de cada cristiano africano o europeo. No se trata de una aventura peligrosa, que lo es. El misionero no es un héroe, es un servidor de la misión de Dios que quiere que todos los hombres conozcan su amor».