Los sordos piden medidas que les hagan salir de su aislamiento

Angélica González / Burgos
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José Luis Arlanzón, director de Arans-Bur, afirma que se trata de una patología «que les hace invisibles», por lo que necesitan un mayor acceso a la formación y la información y el derribo de las barreras en la comunicación

No niegan que en los últimos años se han conseguido importantes logros para la comunidad: el diagnóstico precoz que hace que hasta se pueda empezar a trabajar con un bebé de nueve días nacido con sordera, los implantes cocleares que mejoran ampliamente la calidad de vida y la ley que reconoce las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, son algunos de ellos. Pero el colectivo siente que está aún lejos de su integración total debido, según explicó ayer José Luis Arlanzón, «al aislamiento que provoca la propia patología y que es su peor consecuencia».
Arlanzón, director de la asociación de personas sordas Arans-Bur, y codirector del curso de verano de la Universidad de Burgos (UBU) Nuevos retos en el abordaje de la deficiencia auditiva junto con Natividad de Juan, explicó que terminar con ese aislamiento «con el reconocimiento de una patología que les hace invisibles» es la principal reivindicación. Un mejor acceso a la formación y la información y el derribo de las barreras que impiden su comunicación con el subtitulado de los medios de comunicación y de los espacios públicos y la presencia de intérpretes estarían también en la nómina de solicitudes de las personas sordas, un grupo social al que cada año se suman 260 de cada 100.000 nacidos (unos siete, aproximadamente en esta provincia), una «incidencia bastante alta», a juicio de Arlanzón, quien recuerda que a estos han de sumarse aquellos niños con sordera sobrevenida en los primeros años de vida por infecciones u otras causas.
Ante un diagnóstico de sordera las familias necesitan un apoyo psicológico que Arans-Bur les brinda con una escuela de padres: «Nadie se plantea que va a tener un hijo sordo ni es consciente de las consecuencias que conlleva para el resto de su vida». Esta mañana se abordará precisamente esta problemática con una mesa redonda titulada El papel de la familia en la que participarán Eva Ruiz, psicóloga del área de Familias del equipo de gestión de Fiapas (confederación nacional de asociaciones de personas sordas), y en calidad de madre y padre de una persona sorda Inés Vivar, presidenta de Arans-Bur y José Ignacio Pascual, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Sordos de Castilla y León.
Las propias personas afectadas tendrán también su protagonismo en este curso de verano. El viernes Marta Muñoz Sigüenza, una joven sorda recientemente graduada en Derecho en la Universidad de Burgos y técnica del área de la Red del Movimiento Asociativo de la Confederación Estatal de Personas Sordas, quien hablará de la protección de la lengua de signos ante la indefensión de las personas sordas o con discapacidad auditiva.